Antonio F. Marín: ¿Patria o muerte?

12 de octubre de 2007

¿Patria o muerte?

Un Gobierno que lleva meses jactándose de que es el Gobierno de España, y el Gobierno de España, y el Gobierno de España, no debería escandalizarse porque otros españoles también se sientan orgullosos de ser de España y españoles. Pero no, no ha ocurrido así y hemos disfrutado del berrinche del excelso Pepiño Blanco y sus sacristanes de amén, molestos porque Rajoy que es un niño muy malo, ha aprobado la asignatura constitucional estudiando y no haciendo novillos como ellos. No se explica, ya digo, porque no se obliga a nadie a sentirse orgulloso de ser español y cada uno es
muy libre de sentirse orgulloso o avergonzado de lo que pete o le salga de la puntita del capullo (para que me entiendan los páparos cursiprogres).
Hay unos que se pasean con la bandera republicana y nadie les afea nada, y hay otros que ponen la bandera constitucional y nadie debería reprocharles nada, como yo pongo aquí la bandera roja de las bragas de un hermoso coño que es lo que me pide el cuerpo, porque también hago lo que me da la real gana. Aunque a algunos les moleste que los demás seamos libres. Porque les molesta y mucho, como a Llamazares, de IU, que dice que el video de Rajoy animando a la gente a sentirse orgulloso de ser español, le recuerda a Franco, quizás porque sólo ha durado dos minutos y no seis horas como los de su amado Fidel Castro. Y porque Rajoy no ha mencionado nada de “patria o muerte” como suele hacer el dictadorzuelo cubano y sus capataces adheridos.
Y en esas andamos. Te critican porque quieras lucir la bandera de España precisamente aquellos que no la colocan en los ayuntamientos socialistas en los que gobiernan. Pura esquizofrenia psicopática, ya digo, porque al altísimo y esclarecido muchacho de León le gusta ver ondear la bandera de España, pero ojito al parche, “al lado de la ONU”. Al ladito de la de la ONU y de la de las dictaduras más viles porque sólo la mitad de los países miembros son democracias y los demás son dictaduras y tiranías. Que hermosura. Y con un Consejo de Derechos Humanos integrado por Cuba, China, Marruecos o Arabia Saudí, lo que supone una aberración de esos derechos, según la denuncia de Reporteros sin Fronteras (RSF). La ONU, sí, esa institución descojonante, ridícula y hazmerreir, en la que confía nuestro preclaro presidente. Tal para cual.

Mobusi