Antonio F. Marín: Que nadie toque a Caín

17 de diciembre de 2006

Que nadie toque a Caín

El Gobernador de Fliorida, Jeff Bush, ha suspendido las ejecuciones de los condenados a muerte, albricias y aleluyas, aunque esta benevolencia no tenga nada que ver con los derechos humanos, la justicia o la defensa de la vida, pues se debe a un desajuste de la maquinaria de matar después de que se han percatado de que la ejecución se convertía en una tortura siniestra pues el insolente reo llegaba incluso a estar treinta minutos muriéndose. Una obscenidad que estos tipos no tengan sentimientos y tarden tanto en morirse.  

Ya no respetan nada y ni tan siquiera se quieren morir con está mandao. Una insólita desvergüenza. Porque parece mentira que estos paletos políticos americanos que se suponen cristianos sean tan miserables y tan poco cristianos cuando Dios nos tiene dicho que la venganza es suya, que nadie toque a Caín porque si hay castigo, de haberlo, será él el que lo administre y no los humanos pues a nadie se le ocurre corregir la obra del maestro y eliminar a un ser humano, o un cuadro de Picasso, al creer que le ha salido mal, que es una obra fallido del maestro. 

Eso es cosa de idiotas. Idiotas que llegan al poder tanto en EEUU como en España, porque es sabido que antaño cuando te salía un hijo tonto lo mandabas al ejército o lo metías a cura, pero ahora lo cuelas en una lista electoral y a vivir que son dos días. Y sentado en el Parlamento, con cesta de Navidad incluida.

Mobusi