Antonio F. Marín: La marioneta del PP murciano

1 de octubre de 2006

La marioneta del PP murciano

La inversión de los presupuestos del Estado aumenta una barbaridad en Cataluña por aquello tan de izquierdas como es repartir la riqueza dándole a los ricos lo que les corresponde con arreglo a su riqueza, pero a Murcia le dan un tren de lata tercermundista y una vía marca ACME por la que viajarán trenes de alta velocidad, cercanías, mercancías y los carritos de los helados.

 La culpa es del Gobierno central que es el que no ha invertido, por supuesto, pero también hay que buscar responsabilidades políticas en la derecha murciana que han aceptado sumisa y consentidora el trágala del Gobierno socialista de Madrid. Mucha dinamita con el agua, pero los populares y el presidente Valcárcel se achantan cuando hay que poner encima de la mesa un infantil petardo. Se nos acogotan u/o acojonan y consienten
la tropelía de Madrid. 

El País Vasco que no aporta nada a los presupuestos generales del Estado, va a recibir 471 millones de euros por tener un concierto privilegiado, mientras que Murcia que aporta casi todo lo que recauda al no tener conciertos, ni fueros medievales, va a recibir 735 millones de euros; sólo un poco más que ellos si consideramos que los vascos se lo recaudan, se lo guisan y se lo comen ellos solitos como Juan Palomo, mientras que los de Murcia apoquinamos de nuestros impuestos al conjunto, pero nos niegan el agua y hasta el tren normalito que tiene todas las demás comunidades. 

Somos una marioneta que cualquier tontucio puede mover a su gusto porque los murcianos lo aguantan todo, absolutamente todo. La culpa es del Gobierno socialista de Madrid, por supuesto, pero ha contado con la aquiescente complicidad de la sumisa derecha murciana que sólo sabe gritar por el agua y se achanta cobarde cuando hay que dar de verdad la cara exigiendo lo mismos que las demás comunidades. Mucho gallito con espolón acuático pero cuando llega la oportunidad de demostrar esa valía, se nos encogen, amilanan y aceptan como gallinas agradecidas el panizo que les echen, incluido el tren de la bruja, un peine y un juego de mantas. Y un pito para el niño, por si acaso.

Mobusi