Antonio F. Marín: Renta Básica: una causa justa

21 de octubre de 2007

Renta Básica: una causa justa


Anoche se celebró en Murcia una manifestación contra la pobreza con el fin de buscar un “compromiso firme” de los políticos para erradicarla. Como es natural no va a servir de nada, llevamos así décadas, pero hoy estamos mejor que hace años y se van consiguiendo cosas. Como decía no sé quién, "hay que luchar por lo máximo, para alcanzar lo aceptable". Y por eso molesta mucho el rechazo frontal del Congreso a la propuesta de Izquierda Unida para que se conceda una Renta Básica Universal a todos los ciudadanos, independientemente de su condición
o situación. Es decir, que todos los españoles tendrían una renta básica, un sueldo base y digno garantizado sea cual sea su situación, trabaje o no trabaje.
 
Las ventajas son indudables: se acababa con la indigencia, se permitía cierta libertad a los ciudadanos para que puedan elegir y se acababa con la discriminación. La iniciativa fue rechazada por los partidos de derecha (normal), y por alguno que parece que es de izquierdas, y no quiero señalar, con argumentos económicos y peregrinos como que inducía a la vagancia. Y eso no es cierto, porque el que recibe esa renta no parece que se vaya conformar con ella y una vez que ha asegura el dinero suficiente para vivir dignamente, optará por mejorar su situación. Así que me parece un error que se haya rechazado y que ni tan siquiera se haya considerado su estudio.

El único inconveniente que puede tener es que una excusa muy propicia para que los millonarios se laven las manos. “Le hemos dado un sueldo sin hacer nada y él, pese a todo, sigue en la marginación, ergo, su situación es sólo culpa suya”. Así que uno de los mayores beneficiados sería la sociedad capitalista porque se exculparía de los males que provoca. Esto claro no es óbice para que no se instaure, porque sería absurdo no reparar una injusticia porque alguien se pueda aprovechar de ella.

Pero podría ocurrir ya digo que, por ejemplo, alguien se dé con ese sueldo a la ludopatía, a la droga o a la bebida y que necesitara, pese a ello, seguir siendo atendido por Servicios Sociales porque esa renta se la gastara en “vicios”, según los cánones de algunos. Seguiría pues habiendo desigualdad, pero esta vez, la sociedad podría lavarse las manos. Esa es la única objeción que podría hacérsele, porque por lo demás es un acto de justicia que tarde o temprano, se llegará a alcanzar, aunque ahora no se entienda. Tampoco se entendían las pensiones hace años (en EEUU no existen como aquí), y ahora son fundamentales.

Mobusi