Si el otro día comentábamos que los curritos habían dejado de ir de putas por aquello de la crisis, ahora hemos sabido que ese dinero que se ahorran se lo gastan en lotería para ver si les toca, dan el campanazo y dejan de mirar las ofertas 2 x 1 de los supermercados. Ya conocíamos el indicar Nikkey de las putas y ahora tenemos el Down Jones de la loto.
Dentro de poco nos saldrán con el índice Ibex cervecero cuando los currantes dejen de darle a la birra en el bar y acudan a comprar las latas para beberlas con la peña en el salón-comedor, sino se les ocurre hacer botellón porque es probable que tal y como están los índices putero, lotero y cervecero, hasta los padres se afilien al botellón
en la calle junto a los hijos y se coman las gambas del Carrefour en medio de la calle.
Y en el entretanto, nuestro bienamado Zapatero ha colgado la hamaca en Doñana, a gastos pagados, que es lo suyo, mientras sus conmilitones se pelean por la pela, qué ordinariez, pues resulta que aquello que dijo nuestro conspicuo presidente de que "aceptaré cualquier estatuto que venga de Cataluña", era de broma, tonto, que te lo has creído, Montilla, hombre, que no tienes sentido del humor y aquéllo era de juguete para pasar el rato, una vulgar soflama para pillar votos.
Porque lo de la financiación estatuaria catalana es insolidaridad, según dicen ahora los insignes socialistas extremeños, gallegos, aragoneses (hasta Peces Barba se ha unido al coro de plañideras), en una crítica al sistema de reparto de la cosecha que los demás ya hacíamos hace tiempo, cuando nos marcaban en la frente con el estigma de reaccionarios, antinacionalista y antiespañoles porque España no se rompe, es cierto, pero lo que sí se parte es la tarta del presupuestario en la que el que parte y reparte Estatuto (y privilegio foral medieval), se lleva la mejor parte. A espuertas. Y si te he visto no me acuerdo.
Y además el presidente del Gobierno no va a dar explicaciones en el Parlamento (gracias a IU, que siempre hay un tonto útil), porque suponemos que los pormenores los dará en el Casino de Rodiezmo (en breves momentos, tras la publicidad), quizás porque el Parlamento no es el lugar adecuado, es demasiado serio, y allí no se pueden gastar bromas para explicar por qué aprobó lo que salió del parlamento catalán cuando no pensaba cumplirlo pues es insolidario, según nos proclaman ahora los socialistas periféricos cuando entonces, callaron y consintieron, con tal de recibir los votos nacionalistas para llegar al poder. El poder, ay, el poder. Cuanta dignidad y culos se pierden por él.