La mujer agredida por un tipo que también dejó en coma al ciudadano que acudió a defenderla, dice ahora que el maltratador es "una bellísima persona". Vamos, que el pobre diablo que salió en su defensa y está en coma por ella, lo que hizo fue meterse donde no lo llamaban. Un entrometido.
No me extraña. Quizás debería haber aplaudido en vez de meterse en medio para jugarse la vida por esta tipeja que, obviamente, suponemos que la ministra de Igualdad, Bibiana Aido, llamará a consultas.
Suponemos, claro, porque uno ya no entiende nada pues ahora resulta que Frank Kakfa era adicto al porno o a las revistas eróticas a las que estaba suscrito y los guardianes de la ortodoxia, de la pureza y la virginidad del escritor, han saltado histéricas para refutar esta información como damiselas puritanas heridas en su
honor, que para ellos es el de Kafka. Lo ofendes a él y los ofendes a ellos.
Esto también pasa en política con algunos páparos que cuando creen que ofendes a Zapatero, Rajoy, Llamazares o algún que otro nacionalista, se toman la afrenta como propia. También suele ocurrir con algunos novios, pero esa es otra cuestión.
Porque lo del porno u/o erótico es muy cuestionable pues hay fotos y fotos, y en la adjunta a este comentario, por ejemplo, no hay desnudo, es cierto, pero hay beso lesbi y fusta. ¿Es erótica o porno? A mí me parece más fuerte, por lo que insinúa, que una de un coño a pelo con polla incluida. Pero no hay desnudo y la foto es de Ellen von Unwerth; un reputada fotógrafo fetichista.
Pero supongamos que, efectivamente, Kafka era pornógrafo. ¿Y qué? ¿Cuál es el problema?. No lo pillo. Yo soy pornógrafo, fetichista y un guarro reprimido, pero no he invadido Irak, ni he firmado penas de muerte, ni he auspiciado el GAL, ni he estado en la foto de las Azores, ni he permitido que los terroristas vuelvan al Parlamento, ni he aumentado la venta de armas, ni le he hecho la pelota en el periódico a los triunfadores, ni he desaconsejado el condón para luchar contra el SIDA, ni he permitido que los bancos ganen más que nunca, ni he vendido mi periódico al Gobierno, ni he preñado a ninguna mujer, ni la he obligado a abortar, etc.
¿Cuál es entonces el problema?... Porque quizás convendría que algunos prójimos fueran algo más pornógrafos a ver si así se están más tranquilos, quietecitos y sin querer salvarnos, porque queremos condenarnos en un infierno en el que no estén ellos, of course.