No es el placer de tenerte inmóvil, es el gozo de que estés sometido mientras te adiestro para ser mi más perfecto sumiso esclavo; la doctrina de apaciguar tu ardiente ímpetu es mi mejor y mas divertido empeño.
Y lo disfruto, cariño, lo hago.Y sé que tú también lo haces.
Texto extraído del blog "Susurros de una desconocida"