El actor Leo Bassi ha sido censurado por el Gobierno popular murciano de Valcárcel en una actitud más propia de un señorito de casino que no soporta que lo critiquen (hasta los reyes permitían a sus bufones reírse de ellos), que de un presidente que representa a todos los murcianos. El actor predilecto de los forofos de la astracanada, había sido contratado para el festival Alter-Arte que pretende ofrecer la cultura en su versión presuntamente "subversiva",
antisistema o alternativa y pongo lo de "subversivo" entre comillas porque no entiendo que pueda ser subversivo un ágape pagado por el Gobierno.
Leo Bassi pretendía ir con un autobús a las zonas que se están urbanizando para denunciar las tropelías de las nuevas construcciones; una protesta reivindicativa que el PSOE, IU o Ecologistas en Acción llevan haciendo desde hace muchos años, sin usar autobuses, por lo que prohibir que se exprese Leo Bassi es un acto de censura obvia, estúpida y obscena. Y paleta, porque estos necios peperos tropiezan, incluso, cuando van por el buen camino.
Una censura que no obstante tendrá sus ventajas, porque dejará tiempo a Leo Bassi para acudir al País Vasco a mofarse del Gobierno de Ibarreche y de los batasunos y terroristas etarras, porque como él mismo señala en su página web": la libertad es sólo un aspecto de algo aún mucho más importante: La libre circulación de las ideas".
Y tiene toda la razón: En el País Vasco no pueden circular libremente las ideas porque la mitad de la población vive con miedo, los políticos que los representan van con escolta y se han exiliado miles de ciudadanos por miedo a que los maten.
Pero el caricato italiano asevera que en Murcia hay miedo, "y mucho más que en Sicilia", porque se conoce que tiene ciencia cierta de que en el País Vasco hay tanta libertad y alegría que no merece que vaya él por allí con su autobús porque no hay miedo, la gente vive en libertad y se pueden expresar libremente las ideas sin que te peguen un tiro. Como en Murcia y en Sicilia, ya digo, que te matan por opinar y hay mucho miedo a la mafia terrorista del presidente Valcárcel.
