El Gobierno va a buscar por todo el mundo a los hijos y nietos de aquellos españoles que se exiliaron tras la guerra civil para darle la nacionalidad y el derecho al voto (sobre todo el voto). Podrían ser un millón los que serían reclutados para ser españoles, voluntariamente, claro. Nada que objetar, aunque resulte curioso que unos ciudadanos que jamás han residido en España, que la conocen de oídas o de las batallitas de sus abuelos, tengan esas ansias por ser españoles cuando
los vascos, gallegos y catalanes no quieren serlo.
Pero bienvenidos a un país en el que un tercio no quiere pertenecer a él mientras que los que no han nacido en él y no saben ni de qué país se trata, serán españoles y podrán votar en las elecciones. Suena raro, pero España y yo somos así, señora: Esquizofrenia typical spanish.
Sorprende también que unos manifiestes en contra de la imposición lingüística, sean agredidos en Barcelona por unos cafres al grito de "fascistas". Quiere decirse que te agreden y eres un fascista. Eres la víctima, pero una víctima fascista, lo cual que resulta algo esquizoide, aunque en esta país todo es posible, Miqueralena.
Quizás si los manifestantes, en vez de dejarse agredir, se hubieran ido directamente a pegarle a ellos, sin mediar palabra, lo hubieran llamado "un conflicto", como hacen en el País Vasco, porque en este país, Miqueralena, si te dejas pegar eres un fascista, pero si pegas y matas, eres un demócrata que está creando "un conflicto" que te han de resolver. Esquizofrenia, made in spain. Chachi piruli, Miqueralena.
