Un día de estos me echo una novia formal para comprobar si es verdad que son tan divinas de la muerte. Aunque a simple vista parecen más propias para andar por casa, porque en la cama te la traen floja pues donde esté el clásico tanga o la culote de encaje y puntilla que se aparten los inventos juveniles.
Aunque se encocoren las chicas de la presunta izquierda que descalifican a la juez Alaya (la de los ERE), porque "una madre de familia, con un empleo exigente, cuyo rostro jamás revela el menor signo de cansancio no es de fiar". Esta memorable frase no la ha prorrumpido un machista irredento, celoso de su belleza; un talcualillo de esos que cuando ven a una mujer superior a ellos tiene que ser puta o tener un querido.
Lo ha escupido una mujer; la escritora Almudena Grandes después de que la juez se haya ventilado a cientos de políticos y sindicalistas corruptos, sin despeinarse, ni desmaquillarse. La juez es además inteligente, madre de 4 hijos y luce muy elegante porque tiene clase y un estupendo tipazo, pese a que es cincuentona. Y eso duele. La envidia regurgita la mala baba porque a Almudena Grandes le das unas bragas de encaje y puntilla y las corta y las pone encima del televisor, como paño, bajo el busto de Stalin que eso del toro es cosa de obreros franquistas.
Se puede procesar a una infanta, pero como toques a un sindicalista eres un franquista según su sectaria nomenclatura. Almudena no ha mencionado que la juez está ‘mal follada’, no ha llegado a tanto como ‘femimachista’ que es, pero nos ha salido por la españolaza chula, flamenca y bravucona que se cree con superioridad moral sobre los demás «porque yo lo valgo». La España de toda la vida que Goya esclafó contra el lienzo y que Valle Inclán rasgó en papel con la pluma, aunque por la zurda de la patria.
Pero es difícil que lo entiendan. Más difícil que el pepero alcalde Tamayo comprenda que los solares abandonados los limpia el Ayuntamiento y luego le pasa la factura a los propietarios, en vez de dejar que éstos los desbrocen por su cuenta porque no lo hacen (caso calle German Arias denunciado por IU). Lo chulean y ni se entera. Hay que cambiarles los pañales a los dueños y pasarles la factura porque no son de fiar, como dicen de la juez Alaya, aunque te tenemos a ti, Almudena, con tu chándales y tu bata de guata. Porque a ti las ‘bloomers’ no te pegan.
Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.