Es que uno era virgen y me habían aconsejado que buscara una mujer con experiencia. Y la encontré. Aunque tuve que guardar cola, pero mereció la pena porque los que salían hablaban muy bien de ella. E incluso hice amistad con uno que llevaba un cubo y recorría la cola vendiendo refrescos y bocatas de calamares. Los mismos que vende Rajoy para elegir al alcalde por voto directo; una cacicada de los partidos mayoritarios para no perder alcaldías. Tienen miedo a los pequeños.
No compré nada en la cola, ya digo, pero guarde mi turno porque no llevaba recomendación de Pablo Iglesias Podemos pues ya se sabe que en España el que no tiene padrinos, el que no cuenta con el Pericles, no se casa. El muchacho dice que todos los que lo critican son de ‘la casta’ y atacan a sus votantes, como el dictador Franco aseveraba que los que lo criticaban eran ‘malos españoles’ y atacaban a España. Y el dictador cubano llama ‘gusanera’ a los que no se postran lamerones. Va de suyo.
Todos pueden ser criticados menos la virgen de Pablito que es inmarcesible y no folla, sino que penetra como un rayo de luz a través del cristal pues es Virgo veneranda, Virgo predicánda, Virgo potens y virgo/virgo, es decir, más puta que las gallinas venezolanas pues su fundación recibió de Chávez 3,7 millones (El País).
Pablito anda por ahí de virgencita púber con el virgo reparado con himenoplastia del cirujano chavista; como doncella jinetera que nos advierte de que matar a 23 niños, políticos y guardias, como ha hecho ETA, tiene ‘explicaciones políticas’. «Por eso todos los presidentes dialogaron con los terroristas», nos aclara el Pericles que oculta que ellos cortaron en cuanto oyeron lo de las ‘explicaciones políticas’. Él no corta y ha elogiado la postura de los proetarras (ver Youtube). Perdona si te llamo churri, pero no es un insulto sino una ‘explicación política’.
Ahora quiere establecer controles para regular los medios de comunicación y garantizar así la libertad de prensa «sin condicionantes de las empresas privadas o de los partidos». Lo mismito que decían Franco, Stalin o Hitler.
Uno se ha pasado la vida luchando contra la censura de los mediocres que ni pasan ni deja pasar, y a la vejez tendremos que lidiar con este tribuno que acaba de llegar y ya nos quiere amordazar. Se envenena si respira libertad. «No he de callar por más que con el dedo... silencio avises o amenaces miedo» (Quevedo).
Aunque quiera convertir la democracia en una asamblea de la comunidad de vecinos por escaleras, digo, por círculos (con ‘un poquito de por favor’), para sustituir la casta por la recua chavista; por la carcunda decimonónica burriciega que embiste contra la máquina de vapor, como los luditas. Uno prefiere a la puta/puta que folla con 10.091, antes que a esta virtuosa déspota virginal.
Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.
