Antonio F. Marín: Il Divo de Sorrentino, rabietas y pataletas (8)

25 de junio de 2015

Il Divo de Sorrentino, rabietas y pataletas (8)

Alba López: Bollera, camionera, desviada, leñadora y feminazi
Acabo de ver Il Divo de Sorrentino porque después de la agradable impresión que me quedó con La gran belleza, quería saber más de este director que no conocía y que ridiculiza en su obra maestra a los esnob, los cursiprogres y los tontos del culo, que vienen a ser lo mismo.

Y me he conseguido las películas de él que están a disposición del público en la mula, empezando por esta  que trata el trajín político del presidente italiano Giulio Andreotti; un carismático personaje que fue acusado injustamente de pertenecer a la mafia.  Era difícil reflejar en una peli de dos horas la situación política de Italia en aquellos momentos, cuando mataron a Aldo Moro, pero lo consigue y además se puede extrapolar a otros países, que era lo difícil,  porque es un asunto muy localista.

El pajarito
Es más árida que La gran belleza pero Sorretino sabe poner la música y la cámara (la fotografía es de Luca Bigazzi, como en la otra), y convierte un tema arisco y político, en un entretenimiento jugoso porque caricaturiza a Andreotti y, sobre todo, a los partidos, la Iglesia, la masonería, la política y los cursiprogres paletos que van de intelectuales....

Sorrentino nos muestra en Il Divo a un político cínico que pese a todo es mejor que muchos otros niñatos que pretenden asaltar el poder siguiendo las enseñanzas de series como Juego de tronos  y películas como Amanece que no es poco. Infantilismo crudo de rabia y pataleta cuando no me dan las chuches que me merezco.  Deberían ver Barrio Sésamo por ver si sacan alguna
conclusión edificante.

En estos tiempos en los que cualquier panarra puede llegar al poder o influir en él, con  la única mochila de  ser un parlachín tertulianés,   Sorrentino nos sacude el muermo con su sarcasmo y la sobriedad  en  un asunto complejo.  Ahí no vale decir chorradas para hacerse el interesante en el mejor estilo de la cursiprogresía que adora todo lo que no entiende, pongamos que Errejón Milhouse  que  el otro día nos deleitaba con sus profundos conocimientos sobre el ser humano: La hegemonía se mueve en la tensión entre el núcleo irradiador y la seducción de los sectores aliados laterales. Afirmación - apertura. Íñigo Errejón (@ierrejon).

Prefiero el upskirt a Juego de tronos. Puro vicio.
Se lo habrá contado el pajarito de Chávez que habla también con Maduro, su sucesor. Dicen que el tuit  es para polítólogos intelectuales pero en realidad va dirigido a  Fernando Alonso y Mclarem. Por lo de la hegemonía que se mueve entre la tensión del núcleo irradiador y la seducción del tubo de escape. Ser intelectual es jodido, le contesta su padrino, Pablito Bananas, amparándose en la peli Amanece que no es poco.

Así que con esta tropa analfabeta Logse tenemos que lidiar  hasta que el pueblo despierte y vea que el rey está desnudo y que no puede dejar su cabreo y reivindicaciones en manos de unos niñatos que juegan al poder como si fuera el Monopoly pues son más simples que la tecnología de un botijo y se están sirviendo de las penurias del pueblo para aprovecharse de él y  forrarse. Como todos los fascistas, populistas y comunistas. Hasta Willy Toledo se lo ha echado en cara: "Ya sabemos que nadie la tiene más grande que tú... ahora ¿puedes dejar de hacer el imbécil? Gracias @Pablo-Iglesias_".

No está sólo porque Manuela Carmena ya ha contratado a su familia, cómo no, pues la casta siempre tira al monte, paleto, como  la bollera, camionera, desviada, leñadora y feminazi, Alba López;  una menda del partido bananero que se autodefine así en Tuiter. Servidor prefiere   la elegancia y exquisitez  de otras chicas más refinadas, educadas y cultas como  las  lesbis con faldas y las chicas bi que son un encanto y con las que siempre me he llevado muy bien (cuando era joven) pues lo mio es mirar como un voyeur.  Perverso degenerado que es uno. Y a mucha honra.

Pero las prefiero a ellas, y a Sorrentino, pues en Il Divo consigue dejar a un lado la simplificación y  compone  una buena película con argumentos y personajes muy complejos y con un sentido del humor muy logrado, cínico y sarcástico. Cuando me dicen que un cura está en crisis, siempre pregunto: ¿cómo se llama ella?, replica el protagonista  a un obispo que asegura que la Iglesia está en crisis.

Era difícil pero Sorretino lo consigue con una soberbia interpretación de Toni Servillo  en el papel de Andreotti (el genial Garbandela en La gran belleza) y con una sucesión de imágenes que se van solapando entre la ironía y el cinismo del protagonista tan bien caracterizado que se parece a Florentino, el del Real Madrid (se llevó un Oscar al mejor maquillaje).

No está tan lograda como La gran belleza, es anterior y tenía que remitirse al hecho histórico, pero Sorretino es ya uno de mis directores contemporáneos predilectos. Este deja a Almodóvar en paños menores. Y por eso casi lo han silenciado en España. Almóvar es a Sorrentino lo que Pablito Podemos a Tierno Galván, que le hablaba al Papa el latín.Estos hablan como Juegos de tronos.

(Cieza, Diario de un  dromedario. 25 de junio) 

Mobusi