Parece que prosigue la polémica sobre el chivatazo de Milan Kundera en sus años mozos, pues ahora se ha descubierto que se chivó a las policía comunista para que detuvieran a un amigo de su novia. Por aquello de los celos, según dicen. Y yo creo no hay para tanto, no hay para hilar tan fino, porque en la vida hay que saber diferenciar lo principal de lo accesorio, tal y como con la foto de arriba, centrándose en lo
verdaderamente importante.
Así que yo también miro mucho lo principal y no le doy importancia al chivatazo del escritor, porque también me he chivado, desinteresadamente, porque recuerdo que una vez me chive a una chica de que su novio le ponía los cuernos; un favor que le hice, sin ningún interés, porque además me ofrecí generosamente para que se vengara de él. "Úsame a mí para vengarte de él, folla conmigo y hazle daño", le dije muy altruista. "No me importa que te sirvas de mí para tu venganza porque para eso están los amigos", concluí muy solidario con su sufrimiento. Así que entiendo muy bien a Kundera.
