Es que uno es raro, sabe usted, porque no entiendo como España gasta en sanidad por debajo de la media europea, menos que Inglaterra y sin embargo es la sanidad mejor valorada por los forasteros. Los extranjeros que vienen alaban nuestras autovías, la comida, la amabilidad y sobre todo nuestra sanidad. Lo de la ‘amabilidad’ de los indígenas es discutible, pero lo de la sanidad es cierto; tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, pese a nuestros políticos. Y pese a la crisis.
Somos muy bien valorados debido al buen hacer de unos profesionales que no cuentan con todo lo que necesitan para ejecer dignamente su trabajo y hacen más con menos. Por eso son requeridos por los sistemas de salud extranjeros pues están muy bien preparados y son unos artistas que con migajas obran milagros de panes y peces. Todos los profesionales sanitarios quisieran tener más medios como todos los entrenadores quieren tener a los mejores jugadores, pero han de aviarse con lo que les dan los políticos.
Todos ellos quieren curar el cáncer de colon con el cribado que lo previene, pero los políticos no los dejan. Todos ellos quieren acabar con la hepatitis C que ya tiene cura y existe un concierto firmado para financiar el medicamento pero..., pero su aplicación depende de los políticos de las autonomías y en Murcia ya veremos, qué tal cual, porque es la comunidad más endeudada. Veremos qué ocurre en el hospital Lorenzo Guirao porque el nuevo gerente, señor Arenas, es un cargo de confianza elegido por los políticos y con obediencia debida. Lo llaman de Murcia y lo ponen firme.
O quizás deberíamos pedirle prestadas las perras al delgado del Gobierno del PP, señor Bascuñana (lo de señor en es un decir), que está imputado por corrupción y tiene abiertas 51 cuentas en 7 bancos. Lo extraño es que haya tenido tiempo para abrirlas porque esa hazaña no se hace en una mañana ‘de gestiones’. Y una persona normal no tiene tantos recibos domiciliados. No es posible, pero los médicos necesitan el VºBº de los políticos, como este ‘señor’, para sanar a sus pacientes. Bastante hacen.
Y lo hacen muy bien, mucho, como también lo hacen de maravilla los guardias cuando no tienen ni para chalecos. O mis colegas marinos cuando les dan submarinos que no flotan (serie S-80). O coches patrullas cuya sirena no se oye como los que la ex-alcaldesa de Madrid, señora de Aznar, les ha comprado a los polis, pobrecicos, porque tendrán que simular el ruido de la sirena con la boca. No sé qué pasará con las ambulancias, pero no está uno para pasarse la noche de bodas simulando una sirena. Que conste.
Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.