Algunos del PP, los que han perdido, se marchan echando pestes de su capitán porque lo culpan de haber fracasado gracias a él y su política. "Yo no he sido, señorita". Ya pasó en 2008 cuando todos pedían su dimisión e incluso Esperanza Aguirre quiso ganarle el Congreso para ser la candidata. Las ratas son las primeras en abandonar el barco, pero no le echan la culpa al capitán. Se van, sin más historias..
En España a la serenidad de le llama "tancreadismo" por eso corre prisa ajustarle al jefe la culpa, cuando no sólo que se ha enfrentado al toro sino que lo ha apuntillado. Todavía recordamos cuando El País, los del IBEX, los grandes empresarios, el FMI y toda la oposición, le reclamaban que pidiera el rescate. Y él se negó. Lidió con el toro y nos sacó del rescate.
Ahora, aunque existen casi los mismos problemas de la crisis, al menos hemos evitado el rescate, la prima de riesgo ha bajado una barbaridad, somos el país que más crece de Europa y se va reduciendo el paro, poco a poco. Esto no es mérito de Rajoy porque el que hubiera gobernado hubiera hecho lo mismo o estaríamos como Grecia. O peor.
Hasta el revolucionario Zapatero, el justiciero, tuvo que dar marcha atrás y reformar la Constitución tras llamarlo el presidente Obama y el Chino, porque temían por la deuda que nos tienen comprada. Y se puso firme y pegó el taconazo de rigor a lo Millán Astray. Lo que no saben algunos es que el capitán es el último que abandona el barco. Primero van las ratas, después las mujeres y los niños.