Se llama Espiral de silencio. Está estudiado, aunque no sé si habrá llegado a primaria. Así que de minué en minué, de asamblea en asamblea, para llegar a la conclusión de que Pascual Lucas tiene que ser alcalde. Y lo va a ser porque no hay otra, pero todos andan jugando al pinto pinto, gorgorito, de asamblea y transparencia, cuando está todo más previsto que lo de la foto, "palabra de honor", como la que nos va a dar la próxima corporación. Sólo hay que sumar y restar, pero tampoco sé si se estudia en primaria. Estáis condenados a entenderos, amores. Pero "no se puede estar dándole vueltas, y más vueltas a la gachamiga porque se pega", según me comenta mi querido comunista Don Juan Hernández.
Esperemos que no se os vean los pezones mientras bailáis pegados, es bailar, y al celebrar lo que ya está celebrado desde el día de las elecciones. Así que se ruega a nuestros próceres, por favor, que no hagan más el ridículo con eso de la democracia, la transparencia y la comunidad de vecinos (digo, la asamblea), porque el pueblo no es idiota. Estos son capaces de suspender un pleno, convocar una asamblea en la sede del partido y luego volver al ayuntamiento y entrar a votar. Jugar a hacer política
está muy bien, pero ya somos mayorcitos y lo importante es que habléis de qué coño vais a hacer con la sentencia de Migaseca.
Y con la entrada Norte. Y con los servicios que faltan y las listas de espera del Hospital. Y con los casones de la Fuente y el Cabezo de la Fuensantilla. Y con la variante de camarillas. Y con el paro que ahora os toca a vosotros. Y con los inmigrantes que acampan tras el Mercadona. Los pueden alojar en el albergue del Paseo Ribereño por aquello de la igualdad de todos los hombres del mundo mundial. O en el polideportivo tal y como se hacía o se hace, con los que participaban en el descenso de Almadenes.
Porque hace un año denunciamos por aquí la vergüenza de la situación de los inmigrantes y un año después no se ha hecho nada, no se ha hablado con los patronos que los contratan para que les habiliten una morada digna, aunque sólo sea una vivienda portable o prefabricada, que se puede comprar o alquilar por temporada. O en un almacén con duchas.
Pero no. Da la casualidad, oh, casualidad, que todos las imágenes semanasanteras de Cieza tienen casa, pero a los humanos, que son tallas únicas e irrepetibles de Dios, los dejamos al descampado para que caguen y ni se laven. Por eso el PP va a estar en la oposición, entre otras muchas razones.Y los demás dentro de poco. Aviados vais.
