Para que vamos a esperar. Desde el primer día, sin cuartel. Incluso en la noche de bodas, ya puestos, que hay que abreviar y dejar muy claro cuál es nuestro compromiso. Y desde el primer día. Y desde la primera noche. ¿Lo entiendes? Pues si no lo entiendes, allá tú, cariño mío, porque no sabes lo que te espera. Aunque sí lo sabes, tesoro, porque después de todo esto fue idea tuya y yo te he cogido la palabra. Y con mucho gusto, porque ahora disfruto yo casi más que tú, que también te lo pasas pipa porque eres un pervertido, porque somos unos pervertidos. Pero eso te pasa por enseñarme.