en su defensa no era un héroe, porque todos eran víctimas.
La entrevista la repitieron por si alguien no se había enterado y para amortizar la inversión, claro, porque si te gastas 70.000 euros hay que exprimir el chollo para que cuadren las cuentas, rebosen los beneficios, concuerden los balances y las acciones de la bolsa no se desplomen. Porque Telecinco cotiza en bolsa y no exprimirle el juego a la entrevista, es lucro cesante. Un pecado de leso capitalismo.
Aunque la entrevistada sufra el "síndrome de chuloputismo-Estocolmo" y defienda al sietemachos que la maltrataba, mientras que el que salió en su defensa se moría en el hospital por haber puesto la cara por ella para que se la partan. Por el hospital andaba agónico cuando ella se fue a la televisión a cobrar 70.000 euros por defender al maltratador que a él lo había llevado al coma. Todo muy edificante. Se estudía en el primer temario de Educación para la Cursiprogresía.
La nena podría haber haber ido a exhibir su cuerpo serrano en cualquier playa y masturbarse con su jactancia ante el personal vicioso que por allí merodea, porque sería bien recibida por el público, entre aplausos, vítores y pajas. Y además hubiera sido un decoroso acto de exhibicionismo en comparación con la pornografía de la tele donde también había mirones y mironas que se hacían pajas en el estudio o en el sofá de su casa.
Aunque uno se malicia que la prójima no tiene culpa, pobrecica, porque después de todo es la televisión la que convoca y paga; esa mismita que se tiro un año con "12 meses, doce causas", y que ahora hace taquilla vendiéndonos las declaraciones de esta sujeta y su causa: la defensa del chuloputismo macarra. No sé quién es peor: la tipeja o los comemierda de Telecinco.