"Con el trabajo que ha costado que una mujer tonta ocupe sin escándalo el puesto que habitualmente desempeñaba un tonto, ahora vienen los científicos del Instituto Cajal a enturbiar la situación". Esto escribe Manuel Alcántara en su columna del grupo Vocento y coincide con lo que yo escribí aquí hace tiempo: "Por fin hemos alcanzado la igualdad entre el hombre y la mujer y si antes nos gobernaban los tontos, ahora nos gobiernan las tontas". Los dos damos a entender
lo mismo, pero con distintas palabras. La diferencia es que a mí me pusieron como chupa de dómine y a él no, porque es de la cuadra cursiprogre.
Yo lo escribí aquí el 13 de junio y él lo hizo el 10 de septiembre (tres meses después), aunque Alcántara no me ha copiado, claro, porque no lee este blog. Se le ha ocurrido, como se me ocurrió a mí. Es normal y suele pasar. La cuestión es que yo he incluido esa frase en mi próximo libro y es probable que cuando éste salga dentro de unos años, alguien recuerde lo de Alcántara y me acuse de haberlo plagiado porque, como es natural, él escribe en unos periódicos que todo el mundo lee y mi blog no lo lee nadie.
Bueno, casi nadie. Pero seré acusado de plagio, ya digo, pese a que el primero que lo ha escrito he sido yo. Son las injusticias de ser un donnadie. ¿Solución? Pues creo que a partir de ahora sólo publicaré en este blog los restos o desechos de los libros y reservaré para ellos lo más original que se me ocurra. Porque a mí ya me da grima usar esa frase porque la veo manoseada, prostituida y como si ya no fuera mía pues ya la ha cabalgado otro.
Me ha pasado otras veces, aunque ahora no pienso dar marcha atrás y la dejaré tal cual la escribí aquí en el blog y como la escribí en el libro. Tengo este blog de testigo para asegurarme la propiedad intelectual de la ocurrencia. Pero jode. Así que para aliviar el berrinche, aquí va a una foto de mis musas que son las que me inspiran. Tengo muchas y todas me visitan. A lo mejor son las mismas que luego se lo soplan a Manuel Alcántara.