6 de septiembre de 2008
Los niños no se bajan de Internet
El 31% de los que navegan por Internet se creen los bulos o las noticias falsas que se prodigan por la red y, como es natural, la "prensa seria" le ha dado cuartel, espacio y letra bold a la noticia alardeando de ello, con la misma superioridad profesional con la que el médico se ríe del curandero, quizás por aquéllo de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. O como se diga, que ahora no lo recuerdo y no tengo ganas de levantarme para consultarlo.
Pero no, no es menester levantarse porque con Internet puedo enterarme: Es "ver la paja ajena y no la viga en el propio" de autor desconocido, según veo. Pero a mí esa frase me suena de los evangelios, de las clases de religión en el colegio. Habrá que seguir buscando y entonces compruebo, es cierto, que la frase
está en Mateo 7,1-3 y que está en los evangelios. Es de Jesucristo. Así que los listos del papel tienen razón: en la red hay mucha falsedad e ignorancia, mucha, aunque todavía no se ha llegado a los límites de la prensa del corazón, ni de algunos periódicos que mienten a sus lectores o desinforman.
Porque en Internet hay de todo, como ocurre en todos los oficios y en todas las familias, pues es una plaza pública con muchos escaparates y depende de cada uno dónde entra o que lee o consulta. Exactamente igual que ocurre en la denominada prensa seria donde también hay bulos, errores y mentiras, y donde además se dan palos entre ellos y todavía recordamos los que se han dado El País y el Mundo. O el ABC y la Razón, por poner algunos ejemplos. Muy poco ejemplares, aunque no sean de venta al público.
Y errores ni te cuento, moreno, porque hasta el Instituto Cervantes los tiene acreditados en su página web en un apartado titulado "morderse la lengua" donde nos podemos divertir con los errores de los técnicos en la materia, porque se conoce que en todos sitios cuecen habas, es cierto, y que al mejor escribano se le escapa un borrón. O un pedo, ya puestos.