4 de noviembre de 2008
Obama y el sentimiento del cambio
No soy gafe, que conste, porque he dejado a todas mis ex novias bien casadas con tipos guapísimos, triunfadores y multimillonarios. Así que como no soy gafe puedo aventurar, y aventuro, que el candidato Obama va a ganar las elecciones que se celebran hoy en Estados Unidos. Es un pálpito que no tiene nada que ver con los pronósticos electorales. Es otra cosa.
Antes de que en el 82 ganara Felipe González se percibía un sentimiento de cambio, de abrir las ventanas para que se ventilara la casa y se orearan los enseres rancios de un Adolfo Suárez con chaqueta oscura, café, nicotina y brazalete negro en el brazo. Y además estaba fresca la patochada del golpe de Estado y se veía venir que la gente estaba harta de aquella España
revenida y manoseada. Yo voté en el 82 "por el cambio" y estaba convencido de que ganaría. Lo mismo me ocurre ahora con Obama.
Hay un sentimiento de cambio, de cerrar la etapa Bush; de archivarlo en una caja de cartón y mandarlo al desván, donde se almacenan las caricaturas de los peores presidentes de Estados Unidos, (ha habido muchos). Eso se percibe, se nota y ese sentimiento es el que va a llevar a Obama a la presidencia.
Es un barrunto, aunque tampoco hay que ser muy sagaz para percatarse pues sólo hay que mirar al otro lado y ver a McCain y Palín, para darse cuenta de la enorme diferencia entre los candidatos. Los republicanos parecen sacados de una mala película de los años 70. Son el pasado, como lo era Rajoy en las últimas elecciones celebradas en España. Lo curioso del caso es que McCain es Bautista (evangelista), Palín es de la iglesia de la Asamblea de Dios (Pentecostales), Obama es de la Iglesia Unida de Cristo (Protestante) y Joseph Biden es católico.
Son los cuatro para echarles de comer aparte, pero estoy seguro de ganará Obama y me alegro. Por los americanos y por el resto del mundo, aunque me consta que la política estadounidense no va a cambiar mucho porque continuarán con la pena de muerte y la venta libre de armas, por poner unos ejemplos muy significativos. Se ha hablado mucho de Obama, pero no he oído ni una sola idea nueva sobre qué va a hacer con la Sanidad, por ejemplo, que sólo pueden disfrutar los que pagan el seguro médico y que ya intento modificar Clinton, sin conseguir absolutamente nada. Pero es probable que los americanos, como hacemos los españoles, elijan al menos malo.