Muchas chicas y tíos no entienden lo seductores que son los tacones de aguja. Allá ellos. Pero tienen su magia, su erotismo y su intríngulis. Un servidor cuando conoce a una chica no se fija en si es millonaria, si gana muchos dineros, si es un putón verbenero y le gusta follar como loca o si su novio es bajito y canijo, sino en si sabe lucir y calzar una tacones de aguja. Es su carta de presentación.