Felipe González se ha divorciado, eso dicen, pero como este no es un blog del corazón, pasemos a otros asuntos de más chicha y tronío porque resulta que el 20% de los diputados no trabaja. No cumple. No hace nada, excepto andar por el Congresoí si es que van, porque nadie pasa lista a no ser que haya una votación muy principal. El salario mínimo de estos sinvergüenzas es de medio millón de pesetas al mes, sin contar dietas.
Espeluznante, como la actitud del cursi con chorreras de Antonio Gala, la Antoñita Peñuela de la literatura, que nos ha querido recordar que los muertos se han de levantar, por la memoria histórica, para que den testimonio. Y tiene razón. Darán testimonio de que él apoyó el franquismo, vivió de maravilla con la dictadura, chupó del dictador y fue premiado por la dictadura con el Premio Nacional de Teatro
Calderón de la Barca por su obra “Los Verdes Campos del Edén” (1963), mientras el dictador asesinaba a Julian Gruimau.
O con el Nacional de Literatura por “Anillos para una dama” (1.973), cuando el dictador vivía, y mucho, pues andaba ejecutando a los etarras y miembros del FRAP (27 de septiembre de 1975). Y además realizó programas de la televisión franquista como "Si las piedras hablaran" (1972), cuando el dictador estaba vivo y fusilaba, ya digo, y encarcelaba a sindicalistas como Marcelino Camacho tras el proceso 1001 (1972).
Pero nuestra Carmen Marirena de la poesía callaba, consentía, guardaba silencio y jamás protestó contra estos críimines ni contra la dictadura. Y además ponía el cazo para cobrar de ella por sus premios y programas. Como buen cobarde felón, como excelso gurrumino, no pudimos saber de sus ínfulas demócratas "de toda la vida", hasta que el dictador no estuvo convenientemente bajo tierra.
Dice Pepiño Pericles que no se puede borrar la memoria histórica de nuestro país, a pesar de que "algunos tienen amnesia en función de si les conviene o no". Se refiere a Antonio Mairena Gala que también habla de de "conveniente desmemoria". Hablan mucho de desmemoria, pero no quieren que la tengamos para recordar a los ex franquistas Polanco o Juan Luis cebrian. O al marsabidillas de Antonio Gala que pretende que los muertos de la dictadura olviden que él fue cómplice por omisión, pues cobraba del dictador, jamás protestó e incluso iba a sus tenidas.
Y ahí tenemos el NODO para que jamás olvidemos su infamia y lo que es un "tío mierda"; un repugnante chaquetero lameculos tipycal hspanish que cuelga los hábitos de la dictadura y se disfraza de demócrata. No cuela, Antoñita Gala: vas a morir en el anonimato porque no eres más que un mierda en la historia de la Literatura. Y eso jode. Qué pena, penita, pena, Antoñita Peñuela.