Una pareja de recien casados tuvo que ser rescatada del mar por surfistas cuando tras realizaban el reportaje fotográfico de su boda. Ocurrió en Zumaia cuando a ella se le ocurrió lanzarse al agua con vestido de boda incluido y el marido se tiró detrás de ella porque se la llevaban las olas.
No sabemos si la novia se tiró por la ebriedad de la emoción del momento o porque quería poner mapa por medio y huir de su flamante marido. Pero uno se teme lo peor, es decir, por la emoción del momento. Una emoción inenarrable como la de los vecinos de Cieza cuando ven que los peperos andan timoratos para darle la voz al ciudadano en los plenos.
Quieren que interpreten el papel de «la muda»; esa tradición hitórica ciezana que nos avisió de que venía los malos. Ahora no podría ni cuando vengan los buenos, pero tranquilos. Para esto todavía queda. Aunque lo que deberían de hacer es dejar que todos rajen porque sería muy interesante oír lo que