Antonio F. Marín: enero 2018

14 de enero de 2018

Campanudos

No guardo buenos recuerdos de las navidades pero pese a ello las comprendo, y los comprendo. En Castilla y León las campanadas de fin de año las vieron 0 personas. El 0% de share. Bueno quizás habría alguno pero esos pocos telespectadores se consideran un 0% técnico. No lo sabía. Tampoco sabía que `las campos´ quieren hacerse en su programa una cirugía estética en directo. Supongo que no será en horario infantil porque algunos niños se pueden ir a dormir mirando antes por si hay alguien debajo de la cama.

Y qué hago yo aquí hablando de `las campos y de audiencias de tv. Pues no lo sé. Quería hablar de algo, algo, proponer algo, etc, etc, pero uno se repite porque son siempre las mismas vainas y las `habicas´ están `contás´. Por ejemplo la situación de la manzana del Cocodrilo que, con muy buen criterio, ha vuelto a denunciar Vergara (CCCi). Es cierto que ya van muchos gobiernos que han prometido solucionar la cuestión, pero no es fácil. Para ningún partido, que conste, porque no podemos caer de nuevo en los tejemanejes del jardín Príncipe de Asturias o los terrenos de Migaseca cuya compra nos sangró, arruinó y además hizo millonarios a unos cuantos.

Los propietarios que quedan en la manzana e impiden que se urbanice y adecente pueden aspirar al pelotazo de su vida (están en su derecho legal, que no moral), pero el Ayuntamiento (PSOE, Podemos, IU) no puede entramparse de nuevo en otra celada. Vergara tiene razón porque es una vergüenza la situación del solar, pero el consistorio no puede ceder graciosamente los dineros que se piden. Es un problema que no tiene solución, gobierne quien gobierne, si no queremos caer otra vez en la trampa del jardín Príncipe de Asturias. O los terrenos de Migaseca bajo la Ermita que esquilmaron las arcas municipales.

Es normal. Todos queremos más e incluso la millonaria Paris Hilton exige langostas vivas para comer en el set mientras espera, y una botella de vodka Grey Goose. Vale. Son caprichosos y se lo pueden permitir. No los envidio pero me dan pena. Como pena dicen que le da a la novia cuando la boda termina pues según los expertos se sentirán muy nostálgica. No es tristeza, pero cuando echan cuentas de que han invertido meses organizando mil detalles para un día muy `señalado´ y ese gran momento ya ha pasado, es normal que les afecte la nostalgia. Y para colmo tenemos que lo de la noche de bodas es un mito porque los afectados están tan cansados que ni fu ni, ni fa, y mucho menos follar.

No será mi caso, claro, porque ando por otros andurriales, pero aunque la relación no termine en boda los mencionados expertos afirman que un corazón roto puede hacer que te sientas como si hubieras perdido `el timón de tu vida´. El sentimiento de melancolía es normal, pero además hay síntomas físicos de abatimiento. Aunque tiene sus ventajas. Puedes irte a Castilla y León a ver las campanadas. Te sentirás menos solo.

9 de enero de 2018

Filiolatría

«Si en un concierto va muy bien -asegura Malú-, repito el tanga que he llevado en ese concierto». Y tiene razón: lo digo porque debe saber a gloria bendita para los fetichistas.

Uno se enteró el otro día que era `demisexual´(sólo puedes hacerlo con una personas a la que amas), y ahora me he enterado de que pertenezco a la `filiolatría´ que más o menos abarca a los que se enamoran por la mirada y pueden estar horas mirándose a los ojos. Cada día descubro que la ciencia me despieza y me revela como soy. Luego, más tarde, descubriremos que también soy un gilipollas, pero ese es otro cantar, de los cantares. O el kikirikí de un cretino que yerra y no atribuye el libro `El Jarama´ a su verdadero autor, Sánchez Ferlosio.

Todavía me dura la vergüenza y por eso a partir de ahora me dedicaré a ponerle nombre a los peces, por ejemplo, como ha hecho un señor que le ha puesto al suyo Baldomero (mejor que Yonatan). Yo antes les ponía nombre a los chichis de las chicas, pero como digo eso es de groseros gilipollas, como más tarde se verá.

Podríamos pues hacer un referéndum para ver qué nombre le ponemos al bicho (y ya de paso al chichi), aunque ojito con los referendos porque en un país ganaron los que querían pagar más impuestos. Ojo al Cristo que es de plata y hay que tener en cuenta que «de una escoba salió un tiro», según nos aleccionaba un condestable de la Marina.
De una escoba salió un tiro o una ráfaga de pepinos pues ahora resulta que vascos, riojanos y navarros son los españoles que disfrutan de mayor bienestar. Y, como es natural, Canarias, Andalucía y Murcia las que peor lo pasan en renta, salud y educación, según un estudio de Ivie y BBVA. Nosotros nunca hemos sido ricos y quizás por eso nos hemos acostumbrado a lo de ´deme usted una caridad´.

Nos desvían el AVE por Dinamarca y vale, nos dejan una autopista que termina en un bancal y vale, nos niegan el trasvase vital de agua y somos nosotros mismos los que decimos que no, que !Vivan los maños y las caenas! porque aquí hay `aguatenientes` que fue lo que replicaron to´ ufanos los murcianos de izquierdas cuando publiqué que la tierra es para los que la trabajan. Y el agua también. Quizás por eso no aparecieron en la manifestación en Murcia del miércoles 13. Curioso. Nadie protesta cuando los catalanes o aragoneses destruyen el Pirineo, un paraje natural, para construir pistas de esquí y aprovechar sus recursos, pero ponen pegas, y pegamento a los recursos de los demás.
Somos unos sumisos consentidores y ellos lo saben. «Murcianos de dinamita», escribía el poeta Miguel Hernández. ¿De qué, maestro?... Y para colmo sin disfrutar de las bragas de Malú, aunque esa es una cuestión personal pues habíamos quedado en que soy un grosero gilipollas. Y además me las van a traer los Reyes Magos. Ya las he pedido.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.

8 de enero de 2018

Tocar la flauta

El 'beso de Singapur' es una antigua técnica sexual de lo más placentera y juguetona. También es conocida por el término árabe 'kabazza' o 'pompoir' en francés, aunque algunos prefieren llamarlo "tocar la flauta", que es bastante simpático y esclarecedor. Y el que quiera saber a Salamanca, que decía no sé quién. Pero en Google tiene miles de entradas. Lo de Singapur, no lo de Salamanca.

Algún `remachatachuelas´ me ha acusado de abusar de las palabrotas y del catálogo sexual, pero según la teoría conductista literaria (El Jarama de Wenceslao, por ejemplo) la vulgaridad es imprescindible en ciertas ocasiones (ver behaviorismo). Si te llaman por teléfono y te dicen «córcholis» que me he equivocado, te felicitas porque se hayan equivocado.

No voy a explicar el ´vehaviorismo literario´, lo siento, pero lleva implícita la capacidad de síntesis. Se entiende aunque sea una rabotada. Lo sabía Cesare Pavese cuando afirmaba: “Son poquísimos los que encuentran una mujer que les ame y sea honesta. No todas las mujeres son putas: de cada 100 lo son 99". El behaviorismo conductista te permite vislumbrar que el tío era un misógeno, sin más explicaciones y/o diagnósticos.

Si lo escribo yo me fusilan, que conste, pero Pavese era ateo de izquierdas y podía decir misa y lo que le saliera del pirindolo. Las feministas lo justifican porque Pavese, por ejemplo, vivió con una madre muy dominante, etc. Pobrecico. Mi madre (y mi tata) también eran dominantes, me crié solo con ellas y aprendí a correr para salvaguardarme de sus azotes en el culo.

Si uno tuviera novia formal no pondría ninguna foto erótica en el blog porque me parecería una falta de respeto hacia ella, pero recuerdo que un santón muy respetable creía que todos los hombres buscan una mujer que sea su madre, lo quiera y lo discipline, y una puta en la cama que satisfaga todas sus fantasías. Y «el hombre no puede saltar fuera de su propia sombra», según nos recuerda el clásico.

Así que coloco las fotos en mi blog sin reconcomio alguno porque las chicas siempre van vestidas (sobre todo con cuero o látex), pues provoca más una mujer vestida hasta los pies, con látex, que una completamente desnuda. Como insistan van a proscribir fotos de chicas que lleven camiseta blanca de tirantes y se le vean los sobacos al recogerse la coleta, cuando a la mujer hay que vestirla para hacerla pecaminosa porque desnuda sólo invita a pasarle el plumero.
Recuerdo que Marc Carrillo, catedrático de Derecho Constitucional (no un iletrado leguleyo), nos recordaba que el 'animus iocandi' (el ánimo de injuriar) es consustancial a la sátira y por tanto tiene que ser "no solo divertido, sino también punzante o, incluso, hiriente". Pero retorno a mis labores, ya digo, porque hasta la modosita Ana Gabriel cantaba: ´sintiendo en su bota sus besos de miel´. Y también lo advertía Terry Pratchett pues creía que no importa lo rápido que viaje la luz pues siempre se encuentra con que`la oscuridad ha llegado antes´. Así que nada de sexo (tocar la flauta).

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.

Mobusi