Antonio F. Marín: Vergüenza en Marruecos

17 de enero de 2005

Vergüenza en Marruecos

Cara de gilipollas se te queda cuando ves al Rey de España recibido en Marruecos con alharacas, carantoñas y memeces del tipo de “unir lazos entrañables”, toda vez que el sujeto que rige el país es un déspota de la peor calaña que ha sido condenado por Amnistía Internacional. ¿Amnistía Internacional dice usted?...A los cursis españoles de izquierdas (también los hay de derechas) sólo les vale estás denuncias si están encaminadas hacía los dictadores de derechas, que con los de izquierdas, o las del moro amigo, hay que unir lazos entrañables para ayudar al pueblo que bastante tiene con soportar la dictadura. Una vergüenza, por cierto, la postura del periódico El País entrevistando al dictador

denunciado por Amnistía Internacional, mientras acoge en sus páginas todas las demás denuncias de esta misma organización contra otros países y dictadores. 

Precisamente El País que se suele jactar de ayudar a esta organización y de contribuir a la lucha por los derechos humanos en el mundo. Juas, juas. La próxima denuncia de AI que publique este periódico sobre otros países nos llevará a pensar que puede ocurrir como con las de Marruecos y ser interpretables: A lo mejor en esos países denunciados pasa como con Marruecos y hay que ser amigos suyos y también tenemos que entrevistarlos con titulares espectaculares en primera. Y mientras tanto nos enteramos de que el exdirector de Diario-16, José Luís Gutiérrez, ha sido condenado por publicar la verdad sobre este regio sujeto alauita, pero de “forma inadecuada”, según los togados amiguetes de los amigos. ¿Inadecuada para quién?...

Cosas de la política, en fin, (perdón, de los mediocres políticos) y de la hipócrita “realpolitik” que inventaran los americanos para esconder bajo la alfombra las miserias de los gobiernos “amigos”. Cada día me veo más en plan anarquista mandándolo todo a la mierda; es decir, enviándoles a estos políticos y sus secuaces de papel un recado en forma de abstención activa, si no fuera porque podrían interpretar que te importa todo un comino y que pueden hacer contigo lo que quieran. Seguiremos pues en blanco contra ellos y contra la constitución europea: Ese compendio de normas de tráfico para minusválidos mentales con carrito de Crónicas Marcianas.

Mobusi