Antonio F. Marín: Dirty Princess

2 de abril de 2005

Dirty Princess

Los fetichistas tenemos ya nuestra música, las Dirty Princess, un grupo de chicas tecno/pop que incluso escenifican en el escenario y en su página web esta tendencia estética o lifestyle. En esta página incluso incluyen su manifiesto del que yo destacaría que llaman mierda a toda expresión artística que no se entiende, “porque si no se entiende es que ni siquiera cumple su función”. Exacto. Uno lo tiene escrito, pero no nos hacen caso. A ver si ahora ellas hacen fuerza. El manifiesta lleva también muchas otras cuestiones muy lúcidas, otras muy simpáticas y otras que son sólo “boutades”, pero que hacen gracia como que “las mujeres son malas y los hombres también”. Dyrti Princess está a favor del cambio de sexo, “dos o tres veces y sin previo aviso”. Y son agnósticas y politeístas. Y se postulan contra la derecha conservadora y contra la izquierda feminista puritana. En esto coinciden con mi querida lectora gallega, Carussa, que ha dejado aquí su comentario el 31 de marzo y que tiene un blog valiente, divertido y sincero: “follar es bueno, follar es sano”, escribe en él. Pero lo fundamental de las Dirty Princess, decía, es su fetichismo pues aparte de llevarlo
al escenario en el transcurso de sus actuaciones, también lo llevan a su página web y a su propia vida pues venden sus bragas usadas que han llevado durante todo el día. Tú les haces el encargo, ellas se ponen las bragas durante ese día y al día siguiente te las envían contra reembolso. Fetichismo con clase y del bueno. Voy a hacerles ahora mismo un encargo, aunque como yo soy un purista de la fiesta fetichista (del tendido siete) necesito que además de llevarlas 24 horas se masturben y se corran con ellas puestas. Y que luego las metan en una bolsa de plástico precintada para que no pierdan el dulce aroma de su esencia, el dulce licor a menta de su coño, por decirlo de una forma más o menos poética. Una gozada. Aunque no sé si eso tendrá recargo. Lo voy a consultar.

Mobusi