Antonio F. Marín: Extra omnes (todos fuera)

19 de abril de 2005

Extra omnes (todos fuera)

Ya han comenzado las votaciones para elegir al Papa (humo negro por ahora) y siguen los pronósticos y debates sobre quién son los “papables” con más posibilidades. Una incógnita que quieren desvelar mayormente esos laicos, agnósticos o ateos cuellierguidos que pretenden evangelizar a la Iglesia recordándole qué tiene que hacer, a quién tiene que elegir y a qué está obligado ese nuevo Papa. Y entonces ya sabemos que el nuevo Papa tendrá que hacer frente a la nueva moral de la sociedad, a la descentralización de la Iglesia y a la globalización. Todavía no sabemos quién va a ser, pero ya sabemos qué tendrá que hacer, cuáles son los deberes que le han puestos los que no creen en él. Tiene cojones. La cuestión es que ellos no van a votar al nuevo Papa (afortunadamente), porque estos listos se arrogan la autoridad moral para elegir quién debe de ser al presidente del Gobierno, quién debe de ser el líder de la oposición y hasta quién
ha de ser el papa políticamente-correcto. Tranquilos. Habrá Papa, pero no será “de los vuestros”, porque vosotros moriréis y la Iglesia seguirá otros dos mil años pues ha sobrevivido precisamente por no haceros caso. Ni a vosotros, ni a Tamayo o Miret Magdalena, los tontos útiles del Prisa y del PSOE (“no se puede adorar a Dios y a Polanco, digo al dinero”). Ni a Ramoncín, la verdad, porque a mi me preocuparía mucho que saliera elegido un Papa del gusto del “rey del pollo frito”, qué quiere usted que le diga. Raro que es uno. Porque el nuevo Papa tendrá que convocar un nuevo Concilio para seguir avanzando, eso es obvio, pero no parece que vayan a ser los que no son socios lo que tengan que decidir los estatus del club al que no pertenecen. Lo que tendrían que hacer estos caballeretes que quitan y ponen Papas y ayudan a su señor (Polanco), es regocijarse, como he hecho yo, por otras noticias de mucha mayor trascendencia como que la OMC haya permitido a los países pobres “saltarse” la patente de los medicamentos más necesarios. O que el 6,6% de los inmigrantes coticen a la Seguridad Social en igual de pagos y derechos que los españolitos. O preocuparse porque se hayan ejecutado 3.800 penas de muerte, según ha denunciado Amnistía Internacional. Lo demás deberían dejarlo a los doctores de la Iglesia, que para eso están en las cosas del alma.

Mobusi