Antonio F. Marín: Desnudas, las muy puritanas

5 de mayo de 2005

Desnudas, las muy puritanas

Navegando por Internet he dado con una pagina web de aficionados al nudismo y me he quedado anonadado. Dicen que el nudismo es lo más natural. Claro, por supuesto, y ahí radica el problema porque a uno no le gusta lo natural, sino lo antinatural, lo anormal, lo perverso, pues no hay nada más normal que una mujer desnuda. Y por eso aburre. Lo suyo es verla vestida con bragas, rejillas, tules, rasos, satenes, blondas y encajes chantilly. Una mujer desnuda nos recuerda a una estatua y que uno sepa a nadie le da por acostarse con una estatura. Mayormente porque suele estar fría. Y eso de ponerse a calentar una estatura metiéndola en el horno no parece muy lógico. No te cabe y tendrías que adquirir un horno industrial, por lo que sería una estupidez. Porque entonces…, cómo le dices a tu novia que te has comprado un horno industrial para calentar una estatura. ¿Eres tonto o qué? -te dirá ella-, las estatuas se calientan con paños calientes y no con un horno industrial. Y tiene razón, por lo que te tendrás que irte a la panadería a calentar la estatua porque allí suelen tener hornos industriales.
- Buenas, que vengo a calentar esta estatua en el horno.
- Hoy no es día de calentar estatuas, hoy toca calentar boniatos.
- Es que ya no fabrican estatuas de boniatos.
- Pues yo lo siento, venga usted el martes que es el día de calentar las estatuas al horno.

Y te tendrás que ir con la estatua a tu casa, suponiendo que puedas meterla en el taxi, claro, porque si llegas al taxi con la estatua debajo del brazo lo mismo el taxista te dice que nones, que no en su taxi.
- ¿No?
- Pues no, porque llevar estatuas tiene un recargo.
- Es que yo no voy al aeropuerto.
- Es igual tiene recargo.
- Bueno, pues entonces lléveme al aeropuerto, qué se le va a hacer. Y te llevará al aeropuerto donde te quedarás en el vestíbulo con la estatua debajo del brazo y sonará el móvil, eso es seguro, porque el teléfono siempre suena en las situaciones más espinosas. Y será ella, porque las mujeres siempre

aparecen en los contextos más comprometidos para sacar las cosas de contexto, por ejemplo, cuando estás en la cama con su mejor amiga. ¿Dónde estás?, te preguntará ella algo mosca. Estoy en el aeropuerto porque me he traído la estatua. ¿Y qué haces tú en el aeropuerto con una estatua debajo del brazo?, ¿eh?, porque pareces tonto, hijo. Y tendrás la bronca porque ellas no entienden que te vayas al aeropuerto con una estatua, por la misma razón por la que tampoco entienden por qué la pasta de dientes se aprieta por el centro. Es algo superior a ellas.

Mobusi