cenado poco. Es que ellas son de aquella manera, poco románticas y si las subes en brazos se te duermen y todo y luego tienes que acostarlas, arroparlas y contarles un cuento. Es mejor tenerlas en ayunas porque es sabido que el hambre agudiza el ingenio y si saben que después del polvo cenan, están más activas y no se duermen. Una gozada. Tampoco digo yo que haya que matarlas de hambre, qué va, pero tenerlas un poco hambrientas agiliza los trámites y las vuelve más sensuales. Más putas. Y además adelgazan. Y no se duermen. Son todo ventajas. Un día de estos me echo novia y todo, y aplico el método de hacerles pasar hambre. Seguro que triunfo. Aunque en vez de preguntarles aquello de si estudian o trabajan, tendré que preguntarles: ¿tú eres de mucho comer o te avías con un boniato?
Pie de foto.- A mí que no me digan, pero la chica de la foto de arriba tiene una mirada sensual, apasionada, lasciva y voluptuosa. Una mirada de querer cenar. Y cuanto antes. Está pidiendo cena.