Antonio F. Marín: Cómplices y sinvergüenzas

18 de noviembre de 2005

Cómplices y sinvergüenzas

El ministro de Asuntos Exteriores va a comparecer en el Parlamento para dar explicaciones sobre los vuelos secretos con presuntos terroristas que han sido secuestrados por la CIA para llevarlos a cárceles de ciertos países e interrogarlos al margen de la legalidad (es decir, torturarlos). Un crimen que también lo sería aunque los vuelos no hubieran aterrizado en España y que salpica a todos, al Gobierno socialista por consentirlo para no molestar a Bush después de haber invitado a todos los países a abandonar Irak, y al Partido Popular por callar sobre este asunto, por su silencio cómplice con el Gobierno porque los vuelos comenzaron con el gobierno de Aznar y con Trillo de ministro de Defensa. Por eso están tan callados los populares y no hacen sangre. Caraduras. Pero esta vileza salpica a todos porque no hay inocentes, pues Izquierda Unida que ahora protesta como virgen
inmaculada, calla como zorra viciosa con los que organiza en Cuba su compadre Fidel Castro que no necesita esconder a los disidentes en cárceles lejanas porque el payaso caribeño los fusila directamente sin más trámites. Ahorra costes.

Aunque el responsable es el Gobierno, que para eso gobierna, pues desde que hace un año se supo del caso por el Diario de Mallorca, ha callado y no ha protestado de esta atrocidad del Gobierno americano (que no de los americanos) cuando ahora no sólo hay motivo para patalear, gritar y manifestarse, sino que hay causa incluso para llevarlos a los tribunales y no sólo por aterrizar en España (eso es lo de menos) sino por organizarlos. Es una vergüenza que quebranta los más elementales derechos humanos aunque no hubieran pisado nuestro territorio, llevada a cabo por el Gobierno de un país que uno admira por ser pionero en la libertad y en los derechos humanos y que, precisamente por eso, tendría que dar ejemplo. España lleva treinta años luchando contra el terrorismo y excepto con el error del GAL, puede dar lecciones de cómo combatirlo con arreglo a la ley. Por una vez y sin que sirva de precedente, podemos elevar la voz y sacar pecho sin quedar en ridículo.
Nota: Y mientras tanto, Felipe González propone en Alemania una gran coalición entre PSOE y PP para salir del atolladero en el que nos he metido Zapatero. No lo digo yo, conste, sino el expresidente González.

Mobusi