Sucedió en la fiesta de Nochevieja cuando de pronto las chicas comenzaron a desnudarse y a hacer cosas rarísimas, cosas que uno nunca había visto antes porque como resulta que soy un chico muy tímido y formal se conoce que no me entero de nada. Ya no me quedo más con ellas a solas. Es que resulta que todas las chicas eran hijas de unas amigas de mi madre y estaban en mi casa porque sus padres me las dejaron en consigna, digo, a mí cuidado para que pasaran la Nochevieja porque como tú, Antonio, me dijeron, eres un chico serio, formal y bueno, pues nos fiamos de ti y las dejamos en tus manos porque sabemos que eres un muchacho muy responsable. Así que cuando empezaron desnudarse no supe qué hacer. Por poco me atraganto porque aunque yo les decía a ellas que lo que había que hacer era comerse las uvas y no quietarse la ropa, ellas me dijeron que no y
siguieron desnudándose sin tomar en consideración que a mí estas cosas me ruborizan porque soy muy vergonzoso. Y me da mucho apuro. Pero no me hicieron caso y además empezaron a jugar entre ellas me supongo que a algún juego nuevo que yo no conozco. Yo les decía que se contuvieran, que se reportaran porque lo que hacían a lo mejor no estaba bien porque si se enteraban sus padres se podrían enfadar. Y a mí me ponían en un compromiso. Pero ellas no me hacían caso, una noche es una noche, decían, y siguieron en lo suyo con un evidente peligro porque si seguían así se podían enredar incluso en los confetis y alguna se podría estrangular. Y yo se lo decía: llevar cuidado, por favor, que os podéis asfixiar como os enredéis en los confetis y me vais a buscar la ruina. Pero ellas no me hacían ningún caso y seguían desnudas en lo suyo que yo no me explico como les puede gustar tanto eso porque me imagino que tiene que cansar. Toda la noche desnudas y haciendo unas cosas de las que estoy seguro de que sus padres no estarían orgullosos. Y yo se lo repetía: como vengan vuestros padres se van a enfadar y a lo mejor no os pagan la Universidad. Pero no me hicieron caso. Ha sido la peor Nochevieja de mi vida. Ya no me quedo más a solas con mujeres. He aprendido la lección.