Con la picha hecha un lío

Yo no soy malo, sabe usted, lo que ocurre es que a veces los cables te los cruzan y te hacen trompicar sin que tú lo quieras, pues desde que el Partido Socialista Zerolo Español ha decidido que los padres y madres pasen a llamarse progenitores A y B, se me ha hecho la picha un lío; es decir, que el órgano masculino que sirve para miccionar y copular, se me ha puesto en una situación comprometida de mucho embrollo, barullo o revoltijo pues ha de saber usted que soy hijo de mi progenitor A y nieto de la progenitora B de mi progenitor A; es decir, que si cada uno es hijo de su progenitor A y su progenitor B, yo soy hijo de las circunstancias pues la vida te la complican y trompican, ya digo, porque el otro día fue a pedirle la paga a mi progenitor A y éste me envío a la progenitora B que a su vez
me envío ver a su progenitora A; es decir, al progenitor A de mi progenitora B porque resulta que el progenitor A de mi progenitora B (mi antiguo abuelo) tampoco tenía suelto por lo que me aconsejó que acudiera a la progenitora B de mi progenitora B, ya que ella quizás anduviera con más dinero suelto si fuera o fuese posible, que no lo fue porque la progenitora B de mi progenitora B tampoco tenía dinero y me vi en la mismas adversas circunstancias. Así que como este es un país de tontos, ciruelos, tontuelos, soplagaitas, tontucios, soplapollas, mediocres y zerolos, en el que hasta el más tonto fabrica un reloj de cuco, no tuve más remedio que matar a mis progenitores A y B y a los progenitores A y B de mis progenitores A y B, cagándome además en los progenitores muertos de los cursis que me han llevado a esta esquizofrenia; es decir, cagarme en los gloriosos progenitores antepasados de los que nos gobiernan porque es sabido que si un tonto se salva, un imbécil nos condena.