Rendición preventiva

Rodríguez Zapatero ha remodelado su Gobierno y ha colocado a Alfredo Pérez Rubalcaba en el ministerio de Interior que es un cargo en el que encaja de perfil pues ya fue portavoz de aquel Gobierno que dio con la cúpula de Interior en la cárcel. Asistió impertérrito a la entrada de sus colegas de Gobierno en la trena, por lo que tiene la firmeza y el temple preciso para el menester. Y gracias a su habilidad e intermediación se evitó que la ciudadania asaltara en la jornada de reflexión las sedes del partido adversario, incitados por “Radio Cadena Ser Mil Colinas”. Y eso le honra. Tiene experiencia en mantener el orden público. Aunque Bono se ha debido de ir del Gobierno harto ya de tener que comerse la dignidad que aún le quedaba y después de comprobar que
ya no tiene nada que hacer ni con Zapatero, ni como alternativa a Zapatero. Una retirada a tiempo. Otro que como Vázquez y Rosa Diez tienen que abandonar la política para no asentir, señor, sí, señor, a todo lo que diga el figurín de León (y sus mamachichos nacionalistas). Un muchacho que además acaba de aprobar una “Logse bis” para seguir manteniendo a los jóvenes analfabetos, inmaduros, despolitizados, ateos y de botellón en botellón, porque mientras beben no conducen, digo no protestan, y votan mansos y sumisos muy en su estilo melifluo y consentidor de rendirse preventivamente. Porque si Bush creo la “guerra preventiva”, Zapatero ha sido el líder mundial que ha instaurado la “rendición preventiva”. Ante todo y ante todos, ya sean terroristas, nacionalistas, millonarios o los mismos alumnos que podrán hasta hacer novillos legalmente. Y viva la II República libre de IKEA.