El viejo comunista Santiago Carrillo nos ha revelado que la democracia no se exporta. “O surge de las entrañas del mismo pueblo o no hay democracia", nos aclara didáctico. Yes, very well, fandango. Pero eso es precisamente lo que pensaban los americanos en los años 40 y por eso dejaron a Franco en paz, en su paz. Un criterio del viejo comunista que nos viene a explicar pormenorizadamente por qué Franco duró 40 años y se murió en la cama: la democracia no surgió del mismo pueblo español y por eso los americanos y los europeos nos dejaron en paz, en la paz de Franco, en la paz de la dictadura, o sea, en la paz que ahora busca Rodríguez Zapatero, y no encuentra, porque según
el diario liberal americano, The New York Times (que tanto seduce a la cusiprogresía española), en vez de unir a los españoles lo que hace el presidente es “desunirlos profundamente”; un criterio que viene exponiendo un servidor desde hace tiempo antes de que el diario progresista americano se cayera del guindo. Bienvenidos al suelo. El diario americano también dice que Zapatero está empujando a España a la izquierda, pero en esto yerra porque de izquierda nada de nada, monada, a no ser que consideremos de izquierda el empalagoso laicismo, porque el resto de la política económica es de extrema derecha y la política exterior de jugar al cuartete, Monchito, pues hasta los amiguitos de