El Consejo de seguridad de la ONU se ha reunido con carácter de urgencia porque en Somalia ha estallado una nueva guerra que a los occidentales no nos interesa porque está en África, en ella no participan los americanos (todavía), y además estamos preocupados por abarrotar los establecimientos de loterías.
Yo también estoy muy engolosinado con el próximo sorteo, la verdad, porque el otro día se le cayó a un amigo un décimo de la cartera y lo recogí subrepticiamente para ver si estaba premiado. Pero no; no me había caído nada por lo que tendré que esperar a que mi amigo compre la lotería del Niño para ver si me toca esta vez.
Aunque no me tocará tampoco, porque a mí la vida nunca me ha agraciado con su ventura, se conoce que porque es verdad el dicho de que el que “pa’ pobre está apuntado, igual da que ande que esté parao”. Eso fue lo que me dijo el padre de mi primera novia formal, antes de abrirme la puerta de su casa para que saliera ante la certeza de que yo no tenía nada que ofrecerle a su hija porque llevaba ya tres años sin trabajar y sin ánimo de encontrar ningún empleo.
“El cariño en la cama no basta”, me dijo muy emberrenchinado antes de despedirme. "Es usted un materialista", le respondí yo mientras corría con la braguitas de su hija (como las de la foto de arriba que aún guardo), porque siempre he sido un fetichista confeso y guardo el olor de los recuerdos.
Yo también estoy muy engolosinado con el próximo sorteo, la verdad, porque el otro día se le cayó a un amigo un décimo de la cartera y lo recogí subrepticiamente para ver si estaba premiado. Pero no; no me había caído nada por lo que tendré que esperar a que mi amigo compre la lotería del Niño para ver si me toca esta vez.
Aunque no me tocará tampoco, porque a mí la vida nunca me ha agraciado con su ventura, se conoce que porque es verdad el dicho de que el que “pa’ pobre está apuntado, igual da que ande que esté parao”. Eso fue lo que me dijo el padre de mi primera novia formal, antes de abrirme la puerta de su casa para que saliera ante la certeza de que yo no tenía nada que ofrecerle a su hija porque llevaba ya tres años sin trabajar y sin ánimo de encontrar ningún empleo.
“El cariño en la cama no basta”, me dijo muy emberrenchinado antes de despedirme. "Es usted un materialista", le respondí yo mientras corría con la braguitas de su hija (como las de la foto de arriba que aún guardo), porque siempre he sido un fetichista confeso y guardo el olor de los recuerdos.