Mal bicho e hijoputa

Las declaraciones de Jiménez Losantos en las que acusaba a Zapatero de ser “un mal bicho”, siguen provocando congojas y desmayos, además de reverdecer viejas fístulas, pues lo acusan de insultar y crispar la vida política. Jiménez Losantos no es santo de mi escapulario, pero siempre defenderé su derecho a decir lo que le dé la gana con la única salvedad que oportunamente establezca la Justicia si es posible, por favor, al margen de lo mercantil. Pero la acusación de Losantos no es tan grave, qué va, porque uno recuerda que a Aznar lo llamaron asesino y aquí no pasó nada. Y además a mí me han dicho muchas veces “mal bicho” y nunca me he enfadado. De hecho todas las novias me han llamado “mal bicho” antes de dejarme y yo las he comprendido. E incluso hasta me lo han llamado sus madres y yo no me lo he tomado a mal. Y creo recordar que me han llamado “mal bicho” cuando me he quedado mirándole las bragas a las chicas como la de la foto de arriba. Y también me han llamado hijoputa en Andalucía y no me he enfadado porque allí hijoputa no insignifica lo mismo que en el Norte. Y en Andalucía, incluso, tampoco es lo mismo que te digan “que hijo de puta eres que te has acostado con esa mujer”, por ejemplo, que te digan “qué hijo de puta eres que te has acostado con mi mujer”. Misma mujer, mismo insulto, distinto significado.