Antonio F. Marín: Somos el faro de Occidente

20 de junio de 2007

Somos el faro de Occidente


Dos ayuntamientos del País Vasco no han podido constituirse democráticamente tras las elecciones por miedo a los pistoleros compinches de ANV recién legalizada, pero llega el gurú e ideólogo de José Luis Rodríguez Zapatero, un tal Philip Pettit, y presenta en Madrid una auditoría académica de la gestión del presidente, en la que concluye que el Gobierno ha sido “fiel” a la visión republicana que propugna su teoría política. “El Ejecutivo ha hecho de España un modelo para las democracias avanzadas en cuanto a lo que se puede avanzar en la defensa de la libertad de los
ciudadanos”, ha concluido el tipo sin que se le descomponga el tupé. Dos alcaldes elegidos democráticamente no puede tomar posesión de sus cargos por miedo a unos pistoleros, pero hemos avanzado una enormidad en los derechos de los ciudadanos porque se conoce que estamos ciegos y no vemos lo que él ve; es decir, que somos la envidia del mundo y la luz que ilumina el faro de occidente. Porque Zapatero ha permitido además que los salarios hayan retrocedido 10 años mientras las empresas han cuadriplicado sus beneficios y la Bolsa ha batido su récord histórico. Y porque ha permitido un superávit público de miles de millones de euros que no ha gastado en servicios públicos mientras el salario mínimo es el penúltimo más bajo de Europa. Y porque a ha tolerado que la Banca gane más que nunca en su historia, mientras miles de españoles viven bajo el umbral de la pobreza. Eso sí, que quede claro, nuestro prohombre ha querido aliar civilizaciones del mundo, solucionar el problema universal del cambio climático y ha conseguido vencer y acojonar a los peligrosos curas y monjas, que es una gallarda empresa de inmenso arrojo y empaque que le debería reportar los agasajos y condecoraciones pertinentes. Así que es cierto: somos la envidia de Europa, según Pettit, que debe de ser tan cerril burriciego como algunos que quieren tocar el acordeón con un radiador. Pues nada; que siga la fiesta. Que suene el radiador.

Mobusi