Tenemos una guerra del fútbol que anoche nos impidió ver al Real Madrid, y además tenemos una soterrada guerra contra la monarquía que uno se barrunta que no es más que una distracción para apartarnos de la evidencia de que el muchacho de León se va a presentar a las elecciones con un balance tan ridículo que la única opción que le queda para mantener activo el voto abstencionista, es crear ruido de fondo en torno a la monarquía. Es el único haber que puede presentar al electorado antisistema (y abstencionista) que le dio la victoria, porque la mayor parte de
sus proyectos se han ido al garete y ya no cuenta con el voto radical anti Aznar, ni anti guerra de Irak (El País ha vuelto a resucitar la guerra, a ver si cuela).Y lo que ha hecho en tres años (subir las pensiones o dar cheques de ayuda), es lo mínimo que suele hacer un presidente de Gobierno. Es como si un alcalde se presenta a las elecciones jactándose de que ha asfaltado las calles.
sus proyectos se han ido al garete y ya no cuenta con el voto radical anti Aznar, ni anti guerra de Irak (El País ha vuelto a resucitar la guerra, a ver si cuela).Y lo que ha hecho en tres años (subir las pensiones o dar cheques de ayuda), es lo mínimo que suele hacer un presidente de Gobierno. Es como si un alcalde se presenta a las elecciones jactándose de que ha asfaltado las calles.