Antonio F. Marín: La vergüenza de la ONU

28 de septiembre de 2007

La vergüenza de la ONU

Tenemos una guerra del fútbol que anoche nos impidió ver al Real Madrid, y además tenemos una soterrada guerra contra la monarquía que uno se barrunta que no es más que una distracción para apartarnos de la evidencia de que el muchacho de León se va a presentar a las elecciones con un balance tan ridículo que la única opción que le queda para mantener activo el voto abstencionista, es crear ruido de fondo en torno a la monarquía. Es el único haber que puede presentar al electorado antisistema (y abstencionista) que le dio la victoria, porque la mayor parte de
sus proyectos se han ido al garete y ya no cuenta con el voto radical anti Aznar, ni anti guerra de Irak (El País ha vuelto a resucitar la guerra, a ver si cuela).Y lo que ha hecho en tres años (subir las pensiones o dar cheques de ayuda), es lo mínimo que suele hacer un presidente de Gobierno. Es como si un alcalde se presenta a las elecciones jactándose de que ha asfaltado las calles.
Son 649,999 votantes (socios del Gobierno) los que están queriendo imponer sus ideas por la fuerza a 34 millones de votantes, porque cree el lumbreras y sus rodrigones, que el debate anti monárquico puede volver a movilizar a los abstencionistas que le dieron la victoria. Allá él. Pero si de verdad quiere un debate real lo tiene muy fácil: que lo meta en el programa electoral y se presente a las lecciones con la oferta para reformar la Constitución y traer la República. Es lo que se hace en los países democráticos, en vez de quemar papelitos en medio de la calle, que es cosa de marranos. Y que el pueblo decida. ¿Por qué ese miedo a lo que el pueblo opine? Y si pierde el referéndum que se vaya. Mientras no haga esto, a mí me la refanfinfla sus jueguecitos de guerra electrónica monarquía/república. No estoy para mariconadas de nacionalistas burgueses ociosos, ni de niñatos salvíficos tipo Batman que juegan a enmendar la historia. Qué rancio queda todo esto, qué antiguo sabe todo y encima vuelve María Teresa Campos.
Me preocupa más que la Junta militar de Birmania haya disparado a la población y matado a nueve personas, mientras la ONU se reúne para pedirle a los dictadores militares “contención”; es decir, que no sean malos, que se comporten como personas educadas porque si no van a llamar a su mamás y los van a castigar de cara a la pared. Esta es la patética ONU en la que confía nuestro prohombre del Tinell; está es la bochornosa organización que va a salvar al mundo, según Zapatero, y que admite dictaduras en su Comisión de Derechos Humanos. Chachi piruli.

Mobusi