Mayor Oreja se ha negado a condenar el franquismo con la excusa de que la mayor parte de los españoles convivieron muy bien con él (y algunos como Antonio Gala ganando premios, otros como Polanco ganando pasta y otros como Cebrián ganando trienios). Pero eso no es obice para no condenar una dictadura, señor Mayor Oreja, que ha perdido para mí cualquier tipo de respeto. En Cuba los ciudadanos también conviven con la dictadura de Castro y no por eso dejamos de condenarla, aunque la mayoría del pueblo no se subleve y conviva con ella como mejor
pueda y puede. Así que hay que condenar la dictadura franquista, como también hay que condenar la dictadura cubaba, aunque Llamazares se niegue a ello porque se le ve el plumero, valga el pareado.
No es Mayor Oreja el único que dice patochadas porque parece que la inteligencia no se puede presuponer y hay que acreditarla, pues James Watson, otro ejemplo, nos ha demostrado que cuando fumas porros, no debes conducir, ni conceder entrevistas porque sólo dices tonterías. Aunque seas un Nobel como James Watson, ya digo; un científico que cuando sólo tenía 22 años completó su doctorado en zoología y que luego se incorporó a la Universidad de Harvard donde trabajó junto al biofísico británico Francis Crick en el laboratorio de la Universidad de Cambridge. Este acreditado científico descubrió la estructura del ADN que le supuso el Premio Nobel de Medicina, pero ahora acaba de declarar que los negros son más tontos que los blancos, de donde se infiere que los premios Nobel y los científicos no son más listos que los demás seres humanos. Y que incluso los hay tontos. Y tontos del culo.