Antonio F. Marín: Intelectuales y monos que cagan

26 de noviembre de 2007

Intelectuales y monos que cagan

Un comentarista de la tele dijo ayer con motivo del sorteo del Mundial de Fútbol de Sudáfrica, que el fútbol puede permitir que Corea del Norte y Corea del Sur se reconcilien; una banalidad tópica más de las muchas que se venden ahora por los mercadillos políticamente correctos con alioli hipócrita porque España que promulga la Alianza de Civilizaciones y toda esa pesca de los reaccionarios luditas del cambio climático, ha duplicado la venta de armas con respecto al año anterior y es el país que más se aleja de los cumplimientos de Kioto. Hipocresía que campea y ondea por doquier porque hasta Stevens Segal pontifica en sus películas por la lucha contras las petroleras contaminantes.
Viste mucho por los predios cursiprogres como el de los editorialistas de El País que creen que es normal que sea más fácil darte de baja de un matrimonio que de una compañía telefónica. Eso dicen sin alterársele el peluquín. Uno escribió por aquí hace poco que era más fácil y
rápido divorciarte de tu mujer, que de tu inquilino. Y luego un obispo dijo lo mismo, aunque comparándolo con la compañía telefónica, pero para los intelectuales de El País (lo de intelectual va de coña) es normal que eso ocurra. Por qué tendría que ser de otra manera, se preguntan en uno de sus pasquines.
Podríamos darles muchos argumentos, como que con el teléfono no has tenido hijos, que con el teléfono no has follado, que con el teléfono no has planificado un proyecto de futuro o que con el teléfono no has tenido ningún enamoramiento. Pero sobre todo, porque el teléfono es un teléfono. Y digo esto por si los “intelectuales” de El País no se han percatado de esta minucia y confunden un teléfono con un ser humano, cosa que no es de extrañar para la Policía del Pensamiento que quiere hasta borramos los sentimientos o equipararlos con un armatoste. Este es el nivelazo intelectual que tenemos en la España de Zapatero y chuichinabo.
Pero como tengo por norma no discutir con cerriles y papatostes, es decir, con paletos cursiprogres que quieren pasar por finos, no voy a seguir dando argumentos y razones porque después de todo uno no ve a los editorialistas de ese periódico como intelectuales ilustrados, sino como monos que cagan. Esa es la diferencia en el matiz. Yo también soy un mono que caga, peor soy consciente de ello mientras que los editorialistas del El País se creen que son intelectuales, cuando sólo son monos que cagan. Sólo eso.

Mobusi