Antonio F. Marín: Los dictadores y los rompecocos

29 de noviembre de 2007

Los dictadores y los rompecocos

Una clínica privada, con accionistas que ganan dinero a espuertas, trituraba y tiraba por los desagües los restos de niños de hasta ocho meses (rompecocos los llamaban), pero no he oído a los defensores de los derechos humanos decir esta boca mía, ni este hijo de puta no es mi padre. Se conoce que nos interesan los niños que se mueren de hambre, pero no los que son triturados para darles de comer a los cerdos. Y lo patético es que la carnicería se ha descubierto por la investigación de unos periodistas daneses, que en España no hay huevos políticamente correctos para hacerlo.
No importa, porque la Tercera Comisión de la Asamblea General de la ONU ha hecho un “llamamiento mundial” para una “Moratoria de la Aplicación de la Pena Capital”, que el próximo diciembre se espera apruebe en sesión plenaria la Asamblea General, según comunica la organización “Hands Off Cain, (Que nadie toque a Cain). A no ser que antes de llegar a
esa fecha los llamados países ‘amigos de la pena de muerte’, encabezados por Singapur y Egipto, “vuelvan a la carga con una serie de enmiendas-torpedo”.
No me extrañaría porque la ONU propone y los dictadores disponen. Y es que la ONU podrá decir misa pro nobis, pero al final los dictadores siguen decidiendo a quién matan o a quién no, porque no se les practica un boicot como se hizo con Sudáfrica. Siempre me ha sorprendido que se castigara a este país por segregar a los negros pero no a los que segregan a las mujeres, se conoce que porque el "apartheid" está muy mal con los negros pero con las féminas pues piches piches, qué quieres que te diga.
Cosas de la alta política, porque al final todo queda en declaraciones de algodón de azúcar zapateras pues estas dictaduras participan incluso en la Comisión de Derechos Humanos (como Cuba, China, Marruecos o Arabia Saudí), y unos pocos países tienen derecho de veto y mangonean a su antojo (Estados Unidos, Francia o China). Trituramos niños, apaleamos a las mujeres violadas, pero la ONU se preocupa principalmente por el cambio climático, “un gran peligro” según dicen, porque los que asesinan niños y mujeres se pueden resfriar.

Mobusi