Antonio F. Marín: Series de culto y Paísfornication

11 de diciembre de 2007

Series de culto y Paísfornication

La Sexta ha comenzado a ofrecer unas nuevas series que califican “de culto”. Para que nos entendamos: en España se califica de “culto” todo aquello que no ve nadie, pero que conviene que pase por prestigioso porque interesa a nuestros accionistas. Cursiprogre y “de culto” son sinónimos. Por ejemplo, una serie que se llama Californication que rula por Estados Unidos y que como aval de modernidad, nos presenta en el primer capítulo a una monja chupándosela al protagonista; una imagen, por cierto, que ya se publicaba en ambientes fetichistas en los años 30, 40 y 50. Así que eso está más visto que los videos de Pepiño y lo verdaderamente escandaloso sería
sacar a Maruja Torres chupándosela a Juan José Millas en la redacción de El País. Eso sí que sería obsceno y guarro. Muy guarro y “paísfornication”. Pero lo otro está ya muy visto, ya digo, y sólo puede atraer a los cursis que ven luz en su amada (Zapatero en Sonsoles, según Suso del Toro). Sólo he visto una de las nuevas series de la Sexta, “El séquito”, que trata de cuatro tarados que nos van contando sus andanzas muy en estilo de Sexo en Nueva York. De hecho la presentan como el “Sexo en Nueva York” masculino.
Y si Sexo Nueva York (modalidad femenina) me ha parecido siempre la insustancial vida de cuatro cuarentonas pelmazas, la de estos tíos viene a ser lo mismo, pero más cutre aún. Porque los mismos argumentos que nos sirven para explicar Gran Hermano, nos sirven para explicar a los de “El séquito; es decir, que no se sabe el interés que puede tener ver la vida de unos tipejos que si se te vienen a vivir al lado de tu casa, te cambias urgentemente de barrio para no verlos ni oírlos.
Me gusta más Monk, por ejemplo, porque además de tener una buena intriga argumental, el personaje me es muy simpático pues comparto muchas de sus neuras y en algunas llego incluso a rebasarlo. Por ejemplo, no puedo entrar en el ascensor y subo andando, no puedo estar en lugares donde haya mucha gente porque tengo pánico a las estampidas, en el cine o en el teatro me tengo que poner en las últimas filas y en la butaca que da al pasillo, sufro en las colas si hay gente detrás de mí y me han dado ataques de pánico, por ejemplo, en la cola del supermercado.
¿Más cosas? Los pantalones tienen que tener raya en el centro, me dan asco la mayor parte de los billetes de 5 euros, me pone malísimo que el zapato tenga comido el tacón, los tomates tienen que tener la piel lisa, me duermo con la televisión puesta y cuando hago el amor (si suena la flauta) ella se tiene que poner encima y no permito que el novio esté presente. Manías. Por eso es tan difícil encontrar una chica que te comprenda. Ya no quedan mujeres que te quieran de verdad.

Mobusi