Debo de ser el único que no ha visto el debate Zapatero/Rajoy, aunque Juan Goytisolo se durmió. Tampoco me ha gustado la última película de los Coen y sin embargo le ha gustado a todo el mundo que habla maravillas de ella. Admiro a los Coen, creo que tienen varias obras maestras en su filmografía, pero "No es un país para viejos" me parece una mediocre película.
Y no sé si la culpa es de la novela en la que está basada, que es mala, o es por la actuación de "nuestro" Bardem que lo hace tal mal, tal mal, que con ese pelo y la bombona de gas no parece un psicópata que dé miedo, sino el cuñado de la Terremoto de Alcorcón. O Juan José Millás cuando viene a cobrarte una derrama. O el sobrino de Maruja Torres cuando le sube al piso una botella de butano. O Rambo con botella de gas.
los mismo podía haber sido el asesino de "Sé lo que hicisteis...", "Scream" o todas esas pelis tópicas de psicópatas malos, muy malos, como los hermanos Malasombra que eran malos de verdad. No cuela. A mí estos psicópatas con bombona de gas por las calles no me dan miedo; a mí el que me da miedo es el marido de tu vecina que de pronto coge un cuchillo y mata a puñaladas a su mujer como está ocurriendo actualmente todos los días y en toda España. Sin bombonas de gas.
Y el mensaje es tan tópico que se cae de manido: el mundo cambia mucho y nosotros no lo entendemos, no comprendemos la crueldad sin motivo, pero siempre nos quedará Paris o los tiovivos de la infancia. Porque este, efectivamente, "no es un país para viejos". O eso otro tan obvio de que la vida y la muerte son cosas del azar, porque es cierto y puedes ir por la calle y caerte un ladrillo de una obra. O encontrarte con Bardem Dalton y su bomba de oxigeno. O con mamá Dalton y su odio visceral que da más miedo que el hijo.
No obstante la peli ha gustado mucho en el universo cursiprogre, cómo no. "Con una depuradísima caligrafía visual que logra hacer hablar hasta a las piedras (...) los Coen han logrado que un reparto excepcional logre el milagro de transustanciar una abstracción en materia, en carne palpable." (Jordi Costa: Diario El País) . Es decir, que la caligrafía fílmica ha transustanciado la abstracción en carne palpable. ¿Lo pillas? ¿No? Es que es lenguaje cursiprogre genuino.