Antonio F. Marín: Otro justiciero de la pradera

18 de octubre de 2008

Otro justiciero de la pradera

El juez Garzón ha pedido que le certifiquen que Franco está muerto, no vaya a ser que la burocracia española sea como la definió Larra y Franco ande por ahí vivo, como Elvis Presley, y nosotros sin enterarnos. Después de todo si un preso famoso como Rodríguez Menéndez se escapa de la cárcel y se va a una comisaría de Policía para que le faciliten el pasaporte, quién nos dice que Franco no esté vivo y ande por ahí con Elvis Presley.

"Que me manden el certificado de defunción con la correspondiente póliza y timbre", le habrá ordenado a su agente de la pradera. Aunque a lo mejor la Justicia le contesta que "vuelva usted mañana", porque si han dejado escapar a un asesino de niños para que viole a otro, a Mari Luz, quién te garantiza que la Justicia no ande manga por hombro y tarden lo suyo en certificar su muerte.
Y además, nuestro fachendoso justiciero
universal, Baltasar Garzón, tiene que impedir que la fiscalía (que depende jerarquicamente del fiscal jefe nombrado por el gobierno socialista), recurra a más altas instancia y allí la cordura le joda el chollo, el espectáculo, el relumbrón y su petulante rimbombancia, porque probablemente el fiscal que ha recurrido su trapicheo será un fascista de mucho cuidao pagado por los obispos de la COPE.

Y ya puesto, también tendrá que buscar el certificado del falangista Polanco y la "fe de vida" del ex franquista, Juan Luis Cebrían, que mientras Franco fusilaba a los de ETA y el FRAP, dirigía algunos servicios informativos de la dictadura y cobraba del dictador, porque los nietos de las víctimas tienen derecho a saber quién ayudó y colaboró con el asesino de sus familiares.

Es de justicia, de la que debía tomar nota nuestro salvífico Justiciero, Baltasar Garzón, aunque los españoles andan más preocupados porque aumente el paro, los muy egoístas, que sólo piensan en ellos, en el curro, en pagar una hipoteca. Son unos viciosos que no comprenden las nobles causas garzónianas y han vuelto a comprar oro, como los gitanos, por aquello de que si hay que salir corriendo, ya llevas tus ahorros a cuestas.

Por si hay que huir, mayormente, tal y como están las cosas porque el Justiciero Garzón anda por ahí queriendo pasar a la historia y ser él, y sólo él, el que desentierra a Lorca (no vaya ser que con la Ley de la Memoria Histórica se le anticipe alguien y le quite la exclusiva), mientras por nuestras camas han aparecido de nuevo las chinches de la posguerra, ya digo, y a lo mejor es por eso que Garzón busca a Franco, si está vivo, como Elvis, por si acaso nos hemos metido en un bucle del tiempo y con los cursiprogres volvemos a la dictadura, los piojos y la leche en polvo americana.

Mobusi