Antonio F. Marín: Amanezco más Ama que nunca

30 de agosto de 2009

Amanezco más Ama que nunca

Hoy es uno de esos días en los que amanezco más ama que nunca, con deseos de someter a mi chico hasta que llore de placer. Me he vestido en consecuencia, y surtido de todos los implementos.
Él se encuentra leyendo, me escucha haciendo algo pero ni se imagina lo que le espera. Viste de fin de semana, esta tarde vendrán sus amigos. Sin embargo, desde hace unos días le obligo a llevar bragas. No sé, pero esto es algo que me excita. Saberle vestido de putita en su interior, estemos donde estemos.

Cuando percibe mi presencia en el cuarto, aparta la vista del libro para hablarme, pero se queda en silencio. Un corsé de cuero es mi única vestimenta. El resto, sólo unas largas y altas botas. Su erección es inminente, siente que su

polla explota. Debe liberarla, sacarla de las bragas que le aprietan.

Me complace esta escena. Me gusta observar el poder que tengo sobre él. A veces ni siquiera hay necesidad de palabras ni de contacto físico para llevarle al clímax.

Sale de su estado catatónico cuando recibe el impacto de algo que he lanzado sobre sus piernas. Es una polla arnés. Deseo que me la ponga. Mientras lo hace, me ruega que la utilice con él. Promete ser una buena putita.
-Cállate y comienza a comértela entonces!
Cerró sus ojos, abrió su boca y comenzó a tragársela. La engullía y ensalivaba. Esto para él no es un castigo. Lo disfruta a pesar del conflicto moral que a veces le surge. A mí, en lo particular, no me causa ninguno. Me excita verle entregado al deleite de mamar, chupar… le vienen arcadas cuando trata de metérsela toda. De vez en cuando necesita separarse, tomar aire y regresar con impulsos renovados.
Esto me moja y él lo sabe. Lo comprueba metiéndome sus dedos en el coño mientras sigue comiéndome la polla. Me gusta estar de pie cuando lo hace y desde arriba verle. Él me mira, excitado y agradecido, con mi polla rozándole la garganta.
-Basta, ya es hora de que me ofrezcas ese culito de puta.

No había terminado yo de hablar cuando ya estaba en cuatro patas, pantalones a mitad de pierna. Las bragas seguían en su sitio, al menos por la parte trasera. Por el frente su polla salía erguida.
Aparto con mi mano la parte de las bragas que cubre su culo y compruebo lo excitado que está. El ano está abierto, ansioso de ser penetrado. La polla aún está mojada de su propia saliva, lo que facilita el primer movimiento: uno sólo, continuo y hasta el fondo. Su piel se eriza, su ano se expande y reacomoda para adaptarse al espacio que necesita la polla. Esta es mi más reciente adquisición. No es gruesa, pero sí larga, perfecta para un culo de puta.

Luego de unos segundos, vino el segundo movimiento. Saqué y metí mi polla muy rápidamente y me volví a quedar inmóvil por un momento. Él lo estaba disfrutando.
-Ahora vas a saber lo que es bueno…
Entrar y salir contra reloj determinó mi acción. Me lo follé con fuerza, rapidez e intensidad animal, como si quisiera partirle el culo en dos.
-Si gritas no sigo. Me voy y te dejo a mitad de camino.

Apretó sus labios para ahogar la voz y aguantarse hasta que le sobrevino un orgasmo. Enterró sus uñas en las sábanas, dejando escapar un fuerte gemido que ya no pudo controlar, mientras se dejó caer exhausto, sobre la cama.

Texto del blog AMADIOSA

Mobusi