Hay que poner rostro impertérrito de cemento y amianto como el que luce Rajoy, por cierto, que se nos se ha puesto flamenco y ha revelado que Camps será candidato ‘diga lo que diga la Justicia’.
Una Justicia que ya ha dicho que va a seguir investigando, diga lo que diga Rajoy. Al que todavía no han investigado es a José Bono que acapara hípicas, fincas y ‘chaleses’ valorados en 6 millones de euros adquiridas legalmente, es cierto, mientras se iba a comulgar a una parroquia obrera de Entrevías porque ser cristiano de izquierdas te permite comulgar bajo el palio de los pobres ‘viridianos’ sin vender todo lo que tienes para seguir al Mesías. Cuanto más tengas, incluida una hípica, mejor que
mejor para seguir a Jesucristo. A caballo o en calesa. Y adorar así a Dios, los pisitos, los dineros y las hípicas.
Unos dineros que los españoles hemos despilfarrado en equipos de Formula 1 de los Valcárcel Fitipaldi, embajadas y demás picatostes de nuevos ricos ‘championsli’. Un dispendio que Europa y la Merkel nos ha puesto en cuarentena porque con el talante Zapatero ya no dan créditos pues te pasa como a esos señoritos de antaño a los que los advenedizos banqueros les negaba el parné porque el escudo heráldico no era garantía de préstamos.
«No me jodas, Pedro, y no me digas que no tenemos dinero para hacer política», le dijo Zapatero a su ministro de Economía. Para hacer política con el aumento de cargos y funcionarios, los ministerios florero, los traductores y la permisividad con 40 aeropuertos regionales, 12 televisiones autonómicas y las embajadas nacionalistas por el extranjero.
Qué ordinariez que te mienten el dinero cuando tienes que salvar al mundo, aunque tengas en casa 4,5 millones de parados y el peligro de bancarrota para el Estado del Bienestar que tanta lucha ha costado y que ahora se puede ir al carajo por las legendarias correrías de un Peter Pan al que Europa le ha cerrado el cuento pues el país de Nunca Jamás ha precintado las fronteras.
Hay que joderse, pero que este sacrificio nos sirva al menos de escarmiento porque hace tan sólo dos años íbamos a superar a Francia y ahora toca meterle mano a los funcionarios, pensionistas y dependientes. Como siempre.
Y esto no nos venía en el programa electoral. Se acabó el cuento sin que hayamos comido perdices, que es lo más jodido, porque sólo las han catado los banqueros, José Bono, los subvencionados y los que cobran estipendios millonarios y pensiones de fábula en el Congreso. Esto sí que produce estrés. Y no nos referimos al sexo
(Columna publicada en el semanario de papel El Mirador de Cieza)
