El Rojo Justiciero ha vuelto a las andadas, a las "aventuras animadas de ayer y hoy", porque pagó y consintió con los piratas del barco secuestrado en Somalia, consiente con las bravuconadas de los gibratareños, con las de los marroquíes, con el continuo chantaje de vascos y catalanes y finalmente lo ha hecho con los terroristas de Al Qaeda que han secuestrado a unos niñatos que hacían turismo solidario y a los que ha pagado 3,8 millones de euros, además de soltar a su cabecilla.
Es muy buen pagador y tiene tanta fama de ser tan responsable y riguroso con la pagamenta, que nos secuestran barcos y ciudadanos porque saben que el consentidor va a pagar "religiosamente". Con los que nunca negocia es con los indefensos, con los parados a los que acaba de endurecer los requisitos para cobrar el paro.
