La Tierra gira más lenta, según la ciencia, y los años tienen un segundo más porque se conoce que no le han cambiado los cojinetes y no le han engrasado el eje. Esto se soluciona a la española, con 3-EN-UNO. Con el lubricante de la huelga general que se avecina, tan reglamentaria y folclórica que debería figurar en el santoral. Aunque uno notaba la lentitud de la Tierra, ya digo, por lo que llamé al Servicio Geográfico para darles cuenta de mis atribulaciones y recelos. Mire usted, les dije, es que creo que la tierra va más despacio.
«Son aprehensiones suyas», me contestaron. «Eso van a ser los gases». Pero no eran los gases, qué va. Aunque gases deben de tener los del PSOE de Murcia cuando han pedido al Gobierno regional que financie las operaciones de cambio de sexo. Curioso. Porque puede ser muy cabal, y benéfico, pero no parece
que proceda cuando miles de enfermos de esclerosis múltiple o hepatitis C no pueden acceder a nuevos fármacos como el Fingolimod o el Boceprevir, porque son caros para las arcas regionales, pese a que han sido aprobados por el ministerio.
Pero la consejería murciana no los aprueba porque el Gobierno del PP se ha gastado las perras en organismos autónomos, ecógrafos doppler color para veterinaria o pabellones en la Bienal de Venecia y demás chipirrinchis y festivales del primito de Valcárcel (20 millones en 2 años). El derroche del PP murciano nos trae estas ‘porcas miserias’ porque si no te cambias de sexo te jodes, vivo, pero sin los fármacos te jodes muerto. Y es que algunos andan jodidos (o medio muertos), y otros andan, muy vivos, defendiendo trabajar menos horas o tener un coño transexual bien reparadico. Habrá que viajar a Lourdes a fin de pedir el milagro de seguir vivo durante10 años para dar tiempo a que caduquen las patentes de las medicinas, como en África, que ya sabemos que empieza de Hellín para abajo.
Pero somos pesimistas porque ya nos advertía James Branch que «el optimista proclama que vivimos en el mejor de los mundos posibles, y el pesimista teme que sea cierto». Así que ‘semos’ pesimistas, porque el 65% de las personas que atiende Cáritas están derivadas por los arruinados servicios sociales de los ayuntamientos; pero la izquierda castiza quiere que la Iglesia pague los impuestos que no pagan ni ellos, ni los musulmanes, que sí atiende Cáritas sin pedirles cané ni profesión de fe o ideológica. Sorprendente.
Aunque no nos asombra tanto si consideramos que Fukuyama se equivocó cuando profetizó el fin de la historia, con un capitalismo eterno, porque la China comunista es la primera potencia mundial y Rajoy le está haciendo el trabajo a la izquierda al bajarle el sueldo a los banqueros, subir los impuestos, pagar a los proveedores, regatear con Europa por el déficit y dar pasos para evitar el desahucio de las familias humildes, mientras la presunta izquierda andaba por otros andurriales; en Alianzas de Civilizaciones y demás picatostes porque según Zapatero, «imponer la devolución de los pisos haría peligrar la solvencia de los bancos». Ahora la Tierra le gira más lenta en el palo del gallinero del Consejo de Estado. Que le aproveche. Aunque sólo sea un segundón.
Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.