Antonio F. Marín: Aburridos

25 de mayo de 2014

Aburridos

La ginecóloga Danièle Flaumenbaum asegura que el 85% de las mujeres se aburren haciendo el amor. Lógico. Si se dedicaran a follar se divertirían más. Tiene uno escrito por ahí que ‘ayuntamiento carnal’ es lo que hacían nuestros abuelos, ‘copular’ es lo que suele hacer un matrimonio y follar es lo que algunos pretenden hacer cuando no está su pareja. Son sinónimos pero no significan lo mismo.

Aunque ahora ya sabemos que los bostezos de algunas no eran por hambre, como parecía, sino porque no se divertían. Qué error, verdad usted, porque nos hemos llevado muchas pizzas a la cama cuando lo que había que llevarles es un crucigrama para que no se aburran. Y que seamos todos más listos.

Muy ‘sapios’, sapientes, porque en España ya tenemos más titulados que personas con estudios primarios. Eso revela la EPA, aunque uno se malicia que lo que hay es más tontos que nunca. O se aprecian más tontos debido a las redes sociales. Porque lo peor de Feisbuk y Tuiter es que ha menudeado la cháchara y ha puesto en contacto a todos los tontos de pueblo, incluidos los de allende los mares. Y cuando digo tontos puede que me refiera a los políticos que ahora nos camelan y convidan al voto, excepto mi estimado Vergara y los ciudadanos ciezanos que, como es lógico, no se presentan a las europeas.

Ya nos advierte el escritor Ricardo Moreno que las ideologías prestan a los que carecen de ideas el mismo servicio que las pelucas a los calvos. Pero no todos los políticos son inútiles o corruptos. No se puede desacreditar la política como servicio público porque los hay honrados y con ideales. Ahí están los concejales del país Vasco que sufrieron persecución, y muerte, y gracias a su resistencia se ha conseguido parar el terrorismo. No se debe despreciar a todos aunque todos parezcan unos inútiles.

Ineptos como el pepero Cañete que ha minusvalorado a su propia hija. O como Jesús Eguiguren que sigue presidiendo el PSOE vasco pese a que ha sido condenado por pegarle una paliza a su mujer. Ejemplar, ¿verdad usted? Nos quejamos de ellos, con razón, pero la supresión de los partidos y los políticos no nos trae el anarco-romanticismo con raya en el pantalón (en el que uno profesa), sino los extremos populistas y demagogos que siguen prosperando en España y Europa. Cerriles como las chicas de Femen que todavía no han enseñado las tetas para protestar por el secuestro de más de 200 niñas por los islamistas pues se conoce que no cuentan porque son católicas. Y nadie las rescata porque no saben de gaseoductos.

Tampoco cuentan los inmigrantes que son rechazados en Suiza tras aprobarse esta borricada en un referéndum popular que, como las armas, los carga el diablo porque además han votado también en contra de subir el salario mínimo. No quieren ganar más. Tienen miedo a perder su trabajo o las prestaciones sociales, pese a que sólo tienen un 3,5% de paro y no nuestro glorioso 26%. Y disponen de dinero sobrao para comprar crucigramas, pasatiempos o pizzas.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

Mobusi